Sólo una gran vinoteca como Ozono, conducida por dos apasionados como Noelia y Martín, puede “regalar” semejante noche de cata. Una docena de etiquetas de esas que poseen brillo para deslumbrar por sí solas hasta en el agujero más oscuro del planeta; correctamente vestidas para ser degustadas a ciegas, comentarlas una a una y, por mi parte, intentar puntuarlas. A todo esto debo sumar el placer que provoca estar rodeado de un lujoso grupo de diez catadores, que no sólo me hizo disfrutar de la cata, sino también seguir aprendiendo de estas prácticas tan apasionantes.
Quiero dejar en claro que la calidad de todos los vinos fue de muy buena para arriba; para ubicarlos en un puntaje, me animo a decir que ninguno estuvo por debajo de los 89 pts. Con respecto a los precios, en algunos casos muy altos, pero, teniendo en cuenta que estoy en un segmento que no es tan habitual para mí, prefiero no opinar sobre ello.
A continuación, la descripción de cada uno, en el mismo orden en que fueron degustados, seguida de mi opinión y de la calificación promedio del grupo.
1) DV Catena Designated Vineyard Adrianna 2005 ($ 310) Bodega Catena Zapata
De atractivos tonos e impecable brillantes. Aromas a frutas frescas, tirando a ácidas; muy prolijo; lindo vino para arrancar, pero mientras algunos de los catadores le pidieron mayor explosión, otro le criticó tanta prolijidad. Si bien en mi ranking y en el general estuvo entre los últimos puestos, creo que casualmente resultó el más apropiado para el comienzo de este gran juego.
2) Sophenia Synthesis The Blend 2008 ($ 315) Bodega Finca Sophenia
El contraste con el anterior fue muy pronunciado, porque este vino desde el primer segundo entregó todo: fruta bien definida, notas minerales, alguna pincelada de herbáceos, seductora y tajante frescura. Realmente me impactó. Tanto para mí como para la mayoría, estuvo entre los seis mejores vinos de la noche. Creo que dos buenos adjetivos para describirlo serían “vibrante” y “con muchas capas”.
3) Black Tears 2007 ($ 225) Bodega Tapiz
Si bien este vino también presentó muy buen volumen y complejidad en su paleta, es de un estilo completamente diferente a los anteriores. Mayor carga colorante, de nariz bien golosa y fruta sobremadurada correctamente; interesantes notas de chocolate provenientes de su paso por roble y amalgamado de manera impecable. Pesado y al mismo tiempo algo seco en su paso por boca. Tanto en el ranking personal como general, quedó en mitad de tabla.
4) Judas 2008 ($ 440) Bodegas Sottano
Desde la primera nariz sobresale una nota a “brett” (*) , que quizás a algunos consumidores pueda resultarle de agrado, y con una fruta algo sobremadura apuntalándola por detrás. En boca gana en expresión, tanto frutal como la del resto de los componentes; es como que se potencia, y la nota a “brett” en esta fase pasa a resultar menos protagonista. Para todos los catadores, incluyéndome, fue uno de los que menos elogios cosechó.
5) Malbon 2010 (**) Bodega Passionate Wine
Una nariz que demoró en atraparme, pero sin dudas fue creciendo gradual y lentamente en intensidad y matices; en boca se comportó franco, fresco y algo secante aún. Luego de haber probado este vino en otras ocasiones, por primera vez le doy la razón a su hacedor cuando dice que le falta botella. En mi ranking lo ubiqué en mitad de tabla, mientras que en el general obtuvo el primer puesto.
6) Bramare Marchiori Vineyard Malbec 2007 ($ 349) Bodega Viña Cobos
Nunca negaría que es un vino importante, pero su estilo concentrado y algo pesado en boca está lejos de mis preferencias. Además de algunos vegetales, en su final de boca le encontré cierto amargor. Tanto para el propio como para el general, salió entre los últimos tres puestos.
7) Cayú Malbec 2007 ($ 185) Bodega Toso
También es un vino cargado, quizás rumbeando hacia un estilo similar al anterior, pero, a pesar de que su alcohol sobresalía apenas, me resultó más atractivo: mayor equilibrio en su paso y con un recuerdo herbáceo que me gustó. Tanto en la personal como en las generales, salió casi en mitad de tabla.
8) Lindaflor Malbec 2006 ($ 220) Bodega Monteviejo
En la parte olfativa encontré la profundidad que aún no había encontrado en el resto, lo que me hizo imaginar que se trataba de un vino de mayor calibre aún. Súper completo en boca, con una acidez crujiente y taninos algo marcados todavía, que sin lugar a dudas se moldearán; madera excelentemente ensamblada y mucho potencial por delante. A ciegas, para la mayoría de los catadores era un vino de Uco, asomaba su sello, y efectivamente así fue. Para mí el mejor, en las generales entró quedó entre los tres primeros puestos.
9) El Enemigo Malbec 2008 ($ 189) Bodega Aleanna
Su nariz me trajo inmediatamente un recuerdo: Gualtallary; de hecho lo degusté pensando que podía llegar a ser un vino de Matías, pero no; resultó ser el de su amigo Alejandro Vigil, quien también decidió elaborar su primer trabajo solista con uvas del mencionado lugar. En puntaje se percibía que podía estar unos escalones más abajo que el anterior, de hecho fue uno de los de precio inferior de toda la cata, pero eso no quita que sea otro gran vino. Es la tercera vez que lo pruebo y en ésta fue donde reconocí que está comenzando a transitar un momento increíble. La palabra equilibrio le calza justo;: fluido y fresco en boca, con un roble más que integrado. Tanto en el ranking general como en el propio, quedó en mitad de tabla, pero no debemos olvidar que el resto de las etiquetas eran de precio en algunos casos muy superior.
10) Altavista Single Vineyard Temis 2007 ($ 185) Bodega Alta Vista
Le encontré algo vegetal que me recordó al cabernet, un vino de buena estructura y taninos marcados aún. Lo percibí algo alcohólico en boca y quizás su expresión no alcanzaba para acompañar correctamente el resto de los componentes. Pese a que tengo mucha simpatía en general hacia los vinos de esta bodega y que había disfrutado mucho de esta etiqueta en otras oportunidades, en mi libreta no obtuvo buen puntaje; en las generales le fue mucho mejor. Quizás el contexto de la cata le haya sacado brillo.
11) Angélica Zapata Malbec 2007 ($ 240) Bodega Catena Zapata
Otro que no me dejó pensando y me atrapó desde la primera nariz; fruta negra, algo dulce, directo; en boca me siguió seduciendo un nervio que me invitaba más, súper equilibrado. Indiscutiblemente, tanto para mí como para el resto de los catadores uno de los tres mejores vinos de la noche. Esta etiqueta me conquistó fácilmente.
12) Achaval Ferrer Quimera 2009 ($ 220) (Bodega Achaval Ferrer)
Normalmente no suelo probar los vinos de esta bodega, pero tienen un estilo que los hace únicos o al menos diferentes a la mayoría, algo tan distintivo que es simple de reconocer. Puede gustar o no, pero esa singularidad colabora a “abrir cabezas” y, a su vez, motiva a que sus pares también busquen sello propio. Si es el terroir , el blend o la mano de su enólogo asesor, Roberto Cipresso, no lo sé, pero estoy entre la parcialidad que tildó “me gusta” en la planilla de cata. A pesar de su gran carga colorante, se lo notaba como con cierta fluidez, que se transmitió en la boca donde esa fruta excelentemente madurada, más esos destellos salobres sumamente equilibrados con el dulzor de la fruta, le aportaron una complejidad única. Si bien su estilo no es para impactar en este tipo de prácticas, quedó posicionado para todos en la mitad de la tabla, lo cual me parece muy meritorio.
Ya fuera de la cata, y para terminar, esta vez no hubo champaña ni cervecita liviana, pero sí el Inéditos Bonarda Pura 2011 de Passionate Wine. Es la primera vez que corono una cata de semejante magnitud con un tinto, pero su elaboración con maceración carbónica colaboró a cumplir plenamente su función de refrescar e inundarnos con sus sutiles fragancias.
Sólo me queda agradecer al equipo de ozono y a todos los compañeros de esta cata: miche, juampi, giorgio, y los pibes de “felices los tintos”; sepan disculpar el horror ortográfico pero esta vez las mayúsculas me las gasté todas con los grandes vinos argentinos.
Notas:
(*)La Brettanomyces es un hongo que se encuentra en la bodega, y es la causante de este común defecto en el vino, que se siente en la nariz como olor a queso o sudor animal. Este defecto en muchos casos se produce por una mala higiene durante el proceso de vinificación. También suele aparecer durante el envejecimiento de los vinos. Sin embargo, la “brett”, cuando se encuentra en muy pequeñas dosis, puede que aporte complejidad al vino
(**) Aún no está a la venta, ya que recién comenzó su crianza en botella; tampoco se habla de precios y, sin lugar a dudas, es una de las grandes promesas que llegará al mercado recién en agosto del 2012.
Fer, que se puede decir ante tamaño despliegue de etiquetas. Pude probar algunas de ellas y son increíbles, pero tener la posibilidad de disfrutarlas todas juntas: NO TIENE PRECIO !!!
ResponderEliminarAbrazo
Sobresaliente cata de "los pibes de FLT" (con mayúsculas!!).
ResponderEliminarQué flor de vinos cataron y qué difícil debe haber sido establecer un orden meritorio. Muchas gracias por los comentarios, siempre con un excelente relato!!!
Un abrazo
WILLIE