Si bien aún faltan tres meses para que
salgan al mercado recientemente en la
Cueva tuve la oportunidad de probar los nuevos vinos añada
2017 de la línea Rompecabezas de Finca Beth, el proyecto de mi amigo Enrique
Sack que nació hace 8 años.
Dicho emprendimiento al principio fue
puramente vitícola para la producción de uvas de alta calidad en Paraje
Altamira pero, al poco tiempo, desarrolló dos marcas de vinos que me encantan.
Hoy les contaré sobre una de ellas que se llama "Rompecabezas" y es
la que cuenta con la conducción enológica del joven Felipe Stahlschmidt.
Una de las novedades es que en ésta
cosecha se consolidaron algunas etiquetas en la línea, porque el blend de
malbec con cabernet franc que debutó medio de casualidad la cosecha anterior se
mantiene, mientras que al mismo tiempo ambos varietales también se podrán
disfrutar por separado, y para completar se le suma un cuarto que es un
debutante cabernet sauvignon.
Recordemos que el cabernet franc es la
segunda vez que se hace, la primera fue en el 2013 y la partida fue tan limitada
que pocos lo pudieron probar, en ésta 2017 habrá apenas más y contará con 700 botellas
de cabernet franc, 850 de cabernet sauvignon, 1200 de malbec y 4000 del blend,
éste último, de entre los presentes en la cata, fue de los más elogiados ya que
se destacó por ser algo más contundente en boca.
Los vinos de Rompecabezas podríamos decir
que son un contrapunto a 2Km, el otro proyecto de Quique, ya que suelen
destacarse por ser vinos con buen volumen en boca, que con los años van ganando
en redondés y elegancia, y donde la crianza en madera juega un papel importante
en el perfil de los mismos.
Hoy, probando los cuatro vinos juntos,
claramente hay un hilo conductor que no se escapa del estilo que nos tiene
acostumbrado la línea año a año. Creo que el trabajo con la madera, al ser cada
vez más afinado, permite que los cuatro vinos nos lleven a sensaciones bien
diferentes, permitiendo expresar bien el varietal y dejando apreciar, por
ejemplo en el corte, lo bien que se potencian ambas variedades, o en el caso
del cabernet sauvignon las típicas notas especiadas que cuando va a la boca se
destaca por su amplitud, amabilidad, frescura y las notas de crianza bien
detrás de todo ello acompañando excelentemente integrada.
Al igual que muchos otros vinos del
mercado, estos 2017 me mostraron gran potencial, buena madurez, una añada que
sabemos que fue muy buena en calidad, aunque Quique suele comentar que mucho de
ello en su caso fue potenciado por rendimientos muy bajos, producto de una
helada temprana que hizo que perdiera naturalmente más del 50 % de la
producción habitual.
En definitiva, Finca Beth es un pequeño y
hermoso proyecto que dentro de su estilo además de ser un fiel representante de
Paraje Altamira va creciendo en calidad a paso sólido. No les conté pero Quique
mucho antes de ser productor de uvas es un gran amante del vino y seguramente
esa pasión y fanatismo fueron fundamentales para los resultados que venimos
encontrando en relativamente corto plazo.
Elegir un lugar especial, rodearse de los
profesionales indicados, trabajar con precisión sin dejar nada librado al azar,
y escuchar siempre antes al corazón que a la cabeza, seguramente sean algunos
de los secretos.
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