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jueves, 19 de septiembre de 2013

“Lupa Bloguera (10° Caso: rosados)”

Lupa de primavera con los Blogueros del Vino, y en esta oportunidad le tocó ser “estrella y protagonista” a los vinos rosados. 



Como consumidor siempre tengo lugar en mi cava para este tipo de vino; personalmente los disfruto en cualquier época del año. Debo reconocer que son muchas las propuestas que se pueden encontrar en la góndola, por suerte cada día hay más, pero en proporción no son tantos los que tengo probados y además a veces me cuesta un poco encontrar uno que realmente me guste. El que les voy a recomendar hoy, además de conquistarme, por su precio y por su estilo estimo que puede ser bien recibido por una linda porción de consumidores. Estoy hablando de L‘Argentin de Malartic 2012 de Bodega DiamAndes, un “rosé” producto del sangrado de uva Malbec con Cabernet (90/10), proveniente de las bellas fincas que la bodega tiene en el Valle de Uco, al pie de la cordillera de los Andes (1.100 msnm).

Para describir al vino tengo pocas palabras y eso no tiene nada de malo. Sus aromas me recuerdan a frutales, quizás cerezas frescas; en boca se comporta franco, hasta la acidez es la justa y necesaria para tener un buen desplazamiento y que me invite a otro sorbo. Simple, muy equilibrado y sin perder elegancia, puede funcionar ideal como aperitivo o compañero en una entrada acorde. Lo ideal será beberlo en el año: quiero decir que, como la mayoría de los rosados, no es para guardar. Su precio en vinoteca es $ 49 y me parece recomendado para ese segmento. Otro punto a favor es que no creo que sea difícil de conseguir: los vinos del Clos suelen estar en vinotecas, restaurants y en alguna cadena de supermercados (Jumbo-Disco).




La bodega

DiamAndes, cuya primera cosecha fue en el 2007, es una de las bodegas del Clos de los Siete. Pertenece a la familia Bonnie, también propietaria en Francia del reconocido Château Malartic-Lagravière (Grand Cru Classé de Graves) y del Château Gazin Rocquencourt (Pessac- Léognan). La enología está a cargo del Lic. Silvio Alberto (ex Andeluna), y, como en el resto del Grupo, el enólogo consultor es Michel Rolland.

Lean las notas de los otros Blogueros del Vino
con más Rosados:









domingo, 14 de abril de 2013

“Dany Rolland y su Bodega Mariflor”


Hace algunas semanas, invitado por Margarita y Gustavo de Clos de los Siete, participé de una degustación junto a Dany Rolland, en la bonita sala de cata de Winery de Puerto Madero.

Los vinos que se presentaban a degustar pertenecen a la Bodega Mariflor, propiedad del matrimonio Dany y Michel Rolland, a la que personalmente siempre tuve identificada con el nombre de Rolland Collection. Si bien sus etiquetas (Mariflor, Val de Flores) ya eran conocidas para nosotros, lo cierto es que la bodega se terminó de edificar recientemente. Por tal motivo, hasta el 2009 sus vinos habían sido vinificados en Bodega Monteviejo, una de las pioneras dentro del grupo Clos y construida hace ya más de una década.

Con respecto a la terminación de la bodega, que ya está operativa desde la vendimia 2010, Dany nos adelantó que en este momento están ajustando algunos detalles referentes a las áreas destinadas al turismo y a la administración.


Comenzamos con el Mariflor Sauvignon Blanc 2012 (sin etiquetar). Lo encontré mucho más elegante que las añadas anteriores. En nariz fue abriéndose lentamente: posee los típicos aromas de la variedad (herbáceos, florales), pero moderados en intensidad y todos muy finos. Me encantó su frescura. Son sólo 1.5000 botellas que seguramente se acabarán rápido. Una particularidad: la vinificación y crianza de este vino combina barrica, huevo y pileta de cemento. A mi humilde entender, esa complejidad se traduce y se puede percibir en boca.

El siguiente fue el Mariflor Pinot Noir 2010. Al igual que el anterior, también proviene de uno de los viñedos más altos del Clos de los Siete (1100 msnm), de tan solo cuatro hectáreas. Si bien en el primer momento de la degustación las notas de la barrica tomaron la escena, con el correr del tiempo fue apareciendo lentamente la fruta, pero siempre tuvo un tostado marcado y sumamente bien ensamblado, y se destacaron esas notas que recuerdan al café tostado y al caramelo de dulce de leche. Pero lo más interesante es cuando va a la boca: allí sigue manteniendo su finura y, sobre todo, se desplaza fácilmente, es decir, lo que se define como “peligroso”, en el buen sentido: una botella puede terminarse rápido.



Le llegó el turno al Mariflor Malbec 2010, también sin etiquetar. De los cuatro vinos fue el que menos me cautivó. Seguramente los siguientes meses en botella, antes de su salida al mercado, colaboren a que se siga redondeando y sumando en expresión.

Terminamos bien arriba, con el Val de Flores Malbec 2006, con uvas provenientes del único viñedo fuera del campo del Clos (10 hectáreas de 80 años en Vistaflores). De ese viñedo se obtenía el malbec para el primer corte Iscay (1997/99/2000) de Trapiche; recordemos que el Iscay fue un vino emblema que combinaba Malbec con Merlot, elaborado en sociedad por Ángel Mendoza y Michel Rolland. Dany nos contó que el día que la finca se puso a la venta, Michel, quien conocía bien esas plantas, no dudó en comprarlas. Su crianza de 18 meses en barrica nueva dio forma a un vino potente, complejo y profundo, y al mismo tiempo tan balanceado con su acidez que en el paso por boca posee un buen movimiento y lo hace muy atractivo al momento de beber. A partir de la añada 2012, nos adelantó Dany, los vinos saldrán con la certificación orgánica y una botella ecológica acorde, diferente a la de la actual presentación.
Otro adelanto en la alta gama: saldrá un malbec cofermentado con Syrah que acompañará el la linea al Camille.

Volviendo al tema de la bodega, en lo que respecta a su diseño Mariflor optó por volver a los orígenes, ya que fue construida con piletas cuadradas de hormigón, 54 en total, cuya edificación fue supervisada por un especialista bordelés. Esto, claramente, va en contra de la tendencia de los últimos años, que prioriza los tanques de acero y los revestimientos de epoxi para las piletas. Además, para la crianza, además de las clásicas barricas, también poseen cubas. Según Dany, es una bodega ante todo funcional, en que las uvas se reciben por gravedad. Además destacó la importancia de tener, cosecha a cosecha, la posibilidad de hacer la cantidad de vinificaciones o micro que sean necesarias.


Fue un gusto haber conocido a Dany, encontrar a una mujer tan involucrada con su proyecto. Me queda la sensación personal de que en esta nueva etapa habrá cambios, que seguramente seguirán siendo positivos.

domingo, 25 de diciembre de 2011

“La Minivinexpo 2011 del Clos”



El pasado lunes 5 de diciembre fui invitado a la
Minivinexpo 2011, evento organizado por el Grupo Clos de los Siete, en donde además de estar presentes todos los protagonistas de este gran proyecto, con cada una de sus etiquetas para degustar, también fue el momento ideal para la presentación de la nueva añada 2009 del Clos de los Siete, blend  ícono del Grupo.




Grupo
Clos de los Siete  es un proyecto de viticultores franceses, creado y conducido por el enólogo Michel Rolland desde hace diez años; las bodegas que lo componen se encuentran en un predio de 850 ha, situado al pie de la Cordillera de los Andes, en el corazón del Valle de Uco, más precisamente en Vista Flores (Tunuyán), a 120 km al sur de la ciudad de Mendoza.

Evento
El mismo se suele realizar año por medio, y en esta ocasión contó con la visita de 450 invitados, en su mayoría “restauranteurs”, vinotecas, sommeliers  y periodistas especializados. Desde la organización tuvieron la excelente idea de fraccionar la jornada en tres turnos, dando la posibilidad a que se aumentara el cupo de invitados sin perjudicar la comodidad al momento del recorrido. Las dos horas que estuve presente me resultaron suficientes para charlar, informarme y disfrutar de los vinos nada menos que junto a sus hacedores.

Hacedores
Estuvieron presentes mostrando la totalidad de sus etiquetas: Michelle, Alfred y Jean Jacques Bonnie de la Bodega DiamAndes; Jean Guy Cuvelier de Cuvelier Los Andes; Catherine Pèrè-Vergè de la Bodega y Viñedos Monteviejo; y Dany y Michel Rolland de The Rolland Collection. También participaron los enólogos argentinos de las bodegas de Clos de los Siete: Marcelo Pelleriti de Bodega y Viñedos Monteviejo; Thierry Haberer y Rodolfo Vallebella de The Rolland Collection y Silvio Alberto de Bodega DiamAndes. No faltaron tampoco Gabriel a Celeste de Eno-Rolland y el ingeniero agrónomo Carlos Tizio.



Etiquetas
Hubo muchas, comenzando por la gran mayoría de las locales de cada una de las bodegas, pero tampoco faltaron aquellas provenientes de los Château que poseen en Francia los propios socios del grupo.
Ni bien se ingresaba al salón del Madero Center, se encontraba auspiciando de anfitrión Gustavo Paolucci, representante comercial en Argentina, quien además de dar la bienvenida, sugería algunos tips  para una ordenada degustación.

Degustación
Por mi parte, comencé con el nuevo Clos de los Siete 2009, cuyo actual corte lo conforman 57%Malbec, 15%Merlot, 15%Cabernet Sauvignon, 10%Syrah y 3%Petit Verdot; con la habitual potencia aromática en nariz y en boca, pero más listo para beber que en añadas anteriores. A pesar de su concentración, su paso por boca es bien fluido. Esta etiqueta, cuya partida actual asciende al millón trescientas mil botellas, puede ser bien atractiva para aquellos paladares más nuevos que buscan sorprenderse con el impacto.

En Cuvelier Los Andes una de las novedades era el Cuvelier los Andes Merlot 2010, que me gustó mucho. No podía retirarme sin probar el “clásico” Grand Vin, en esta oportunidad 2007, que por la profundidad de su color pareciera estar lejos de tener cuatro años; pero el que más me impactó fue el  Grand Malbec 2008; gordo en boca, fruta negra madura, como si se pudiera masticar. No es precisamente el estilo que más me atrae, pero la personalidad de éste particularmente me conquistó. Además, haber tenido buenas experiencias con otros Cuvelier Grand Vin entrados en años me genera una expectativa extra. Una pena que en ese stand  no haya estado su enólogo Adrián Manchón, y por otro lado una suerte haber probado el primer francés de la tarde: el   Leoville Poyferre 2001, de apelación de origen Saint Julien (150 euros).

Pegadito al stand  de Cuvelier, se encontraba Monteviejo , con Catherine y   Marcelo Pelleriti,  quienes daban a degustar los vinos y recibían muy amablemente a quienes se acercaban tanto a charlar como a sacarse fotos: un lujo. Creo que allí probé el “tradicional” Petit Fleur 2009 y el Lindaflor Chardonnay 2010, este último tan interesante, y sobre todo prometedor, como siempre.

Sobre el otro costado del salón se encontraba la Familia Bonnie, dueños de Bodega DiamAndes  en Argentina y de Château Malartic-Lagravière y Château Gazin Rocquencourt en Francia, y últimos en integrarse al proyecto argentino. Allí tuve la oportunidad de degustar sus vinos junto a Silvio Alberto, enólogo y actual gerente general de la bodega.  Comencé con el DiamAndes de Uco Chardonnay 2011 y DiamAndes de Uco Viognier 2011  ($  95), seguí con L  ´Argentin de Malartic Rosé 2011 ($  42), que me gustó  más que los blancos. Para cerrar, probé el que para muchos es uno de los vinos del año, el DiamAndes de Uco Gran Reserva 2008 ($  165): mucha potencia, pero el pequeño sorbo no me dejó valorar lo mismo que destacaron algunos especialistas.  Me queda comentarles el vino que más me entusiasmó en ese mostrador: el Château Malartic-  Lagraviére White 2008, un corte Sauvignon Blanc /  Semillón, que tengo entendido que no se vende en nuestro país y cuyo costo en Francia es de 40 euros; fineza, profundidad de aromas y un largo de boca que me sorprendió.

Sólo me quedaba visitar el stand  de Rolland Collection. Allí me recibió muy simpática Gabriela Celeste, con una copa de Mariflor Sauvignon Blanc 2011: excelente, mineral, cítricos y herbáceos en la medida justa, carácter en boca y poco para envidiarle al Malartic White. Realmente un placer. Mientras Gabriela me contaba algunos detalles de su elaboración, bebí también un Mariflor Malbec 2010, que me resultó algo pesado y espeso.
Enseguida continué con los importados: Le bon pasteur 2002 Pomerol y Chateau Fontenil 2006. Quizás sea la falta de costumbre, pero en general me gustaron todos los franceses que probé; a pesar de estar entrados en edad, les encontré fruta, aromas de crianza y ese nervio que sutilmente los hace vibrar en el paso por boca, y que es tan difícil de encontrar en los vinos de nuestros pagos.

No me queda más que felicitar a los organizadores por el evento que tranquilamente podría ser considerado como un excelente modelo de feria de vinos.

Datos personales

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Fernando// 15 4171 8019 fernandovinos@yahoo.com.ar