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sábado, 1 de agosto de 2015

"Vertical de 10 años de B Crux Blend junto a José Spisso"

Realizar una cata vertical de una etiqueta de alta calidad dirigida por su hacedor es una experiencia única. Resulta, además de placentera, sumamente nutritiva para cualquier consumidor interesado en el tema dado que, al placer que naturalmente nos regala un vino “bien envejecido” por los años, le agregamos la posibilidad de percibir de qué manera han impactado sobre él, año a año, las diversas variables como el clima, su composición varietal, las tareas en la viña, el proceso de vinificación o la crianza.



El vino que catamos fue el B Crux Blend de Bodega O. Fournier, en sus añadas desde el 2001 hasta el 2010, junto al jefe de Enología de la bodega, José Mario Spisso. Vale destacar que Spisso está desde el nacimiento de O. Fournier; de hecho, participó del desarrollo de la bodega a fines de los años noventa. Luego de su importante tarea en Clos de los Siete, José Manuel Ortega Gil Fournier lo convocó para llevar adelante su proyecto de viñedos y bodega de alta calidad en la zona de San Carlos (Valle de Uco). Spisso cuenta que desde los comienzos tenían en claro elaborar vinos de guarda “en un país donde tanto las bodegas como los consumidores no tienen una cultura de guardar y disfrutar de los vinos luego de muchos años posteriores a su cosecha”.


Las notas y conclusiones que compartiré a continuación surgen tras haber realizado la cata vertical de diez años completa, en dos oportunidades en una misma semana; tal como anticipé, la primera junto a Spisso, y la segunda a la par de un grupo de clientes.



Las botellas degustadas fueran todas magnum (1,5 l), procedentes de la cava privada de O. Fournier, con lo cual las condiciones de guarda fueron las ideales, dado que ese tipo de envase es de los que más favorecen para la “buena guarda”. De un total de 21 botellas descorchadas entre las dos ocasiones, solamente una no se mostró en estado óptimo, aunque de todos modos se podía beber y disfrutar.
Comentaré las añadas, junto a algunas notas y conceptos que recogí de la charla con José Spisso. Trataré de describir de la manera más simple y clara cada uno de los vinos, para compartirlos aquí desde mi humilde percepción.

B Crux Blend 2001 (85% tempranillo / 4% malbec / 11% merlot):
Llamativa la intensidad y complejidad aromática que mantiene a pesar del tiempo; en boca también se presenta excelente, pero algo me hace sospechar que no tiene mucho más para crecer, posiblemente esté transcurriendo un momento de meseta óptimo. Según Spisso, a pesar de haber sido un año bueno, algunas lluvias en febrero provocaron que se perdiera un poco de concentración.
B Crux Blend 2002 (60% tempranillo / 20% malbec / 20% merlot):
A pesar de sus trece años, se muestra con fruta aún presente, con una gran complejidad; además, conserva frescura y llamativa intensidad en boca y color; claramente por su integridad y equilibrio, resultó uno de los vinos de la noche. Todo termina de cerrar cuando Spisso aclara que la 2002 fue una de las mejores cosechas, climatológicamente hablando, desde entonces hasta ahora, la cual posibilitó una maduración larga y lenta, ideal para la uva; esto, sin dudas, se ve reflejado en el vino.
Notarán que en esta añada aumenta el porcentaje de malbec. Según Spisso, la idea fue aportar elegancia y medio de boca; mientras que el merlot aporta cierta complejidad con notas que tienen que ver más con las especias, pimienta y toques piracínicos.
B Crux Blend 2003 (60% tempranillo / 20% malbec / 10% merlot / 10% syrah):
A diferencia de la anterior, en boca se siente un poco el alcohol; por ende, carece de esa acidez que destacamos en la 2002. A pesar de ser un año más joven, se lo encuentra algo más evolucionado tanto en color como en sus aromas de nariz y de boca. Los resultados en este vino se explican en el hecho de que el 2003 fue un año de mucho calor, por lo cual la madurez azucarina (alcohol potencial) llegó a la uva bastante antes que la polifenólica. Según Spisso, en la Argentina podemos controlar el riego para que la planta no se deshidrate, pero no podemos controlar al sol, “y si la planta sufre, lo manifiesta en el vino”. Por último, Spisso aclara que el 10% de syrah se colocó para aportar volumen.
B Crux Blend 2004 (50% tempranillo / 40% malbec / 10% merlot):
Al degustarlo, en ciertos aspectos me hace recordar al vino anterior: evolución en el color, y el alcohol que nuevamente asoma, pero bastante menos que en la 2003. Spisso comenta que el 2004 fue un año muy seco, lo cual hace que la piel de la uva sea más resistente y dura. Como los taninos del tempranillo tienen cierta rusticidad, se decidió aumentar el porcentaje de malbec para domarlos y lograr un vino más ameno.
Cabe destacar que, si bien esta línea fue concebida imaginando que el tempranillo sería el protagonista principal en el blend, año a año no fue tan así, porque, según la necesidad, fue el malbec la variable en incrementar su porcentaje para compensar cada añada.
B Crux Blend 2005 (60% tempranillo / 35% malbec / 5% Syrah):
Si uno observa las fichas técnicas de cada año, comprueba que a partir de este 2005 disminuye el aporte del roble, ya que en ese año se comienza a utilizar barrica de segundo uso. Pese a ello, encuentro un vino en el que las notas de crianza están bastante presentes, con mínimos rastros de fruta, pero igualmente posee una frescura destacable tanto en nariz como en boca. Con respecto al año, Spisso comenta que en el 2005 hubo una gran helada en noviembre, especialmente en el Valle de Uco, y que a las plantas les costó recuperarse. No me imagino cómo seguirá la evolución de esta añada, porque, a pesar de la carencia de fruta, posee un nervio en boca sumamente interesante.
B Crux Blend 2006 (60% tempranillo / 40% malbec):
En este 2006 vuelvo a percibir el equilibrio perfecto que en las tres añadas anteriores me costó encontrar. Con todos sus componentes bien integrados, transita un excelente momento. Dudo si seguirá creciendo, creo que lo mejor es disfrutarlo hoy. En cuanto a la marcha climática, Spisso sólo aclara que fue un muy buen año.
B Crux Blend 2007 (60% tempranillo / 10% Malbec / 15% syrah / 15% cabernet sauvignon):
Encuentro relación con la añada anterior, como una continuación pero con más intensidad y una potencia extra en boca; con el valor agregado que lo mejor estará por venir: considero que tiene tranquilamente cuatro o cinco años de crecimiento. De nuevo, se condice con la descripción del clima, que en general fue frío durante el 2007. La primavera y un mes de marzo con tendencia a ser frescos colaboraron a la buena maduración de las cepas de ciclo vegetativo largo; de hecho, es la primera vez que encontraron óptimo el cabernet sauvignon y por ello ingresó con un 15% a formar parte como componente del corte. Quizás ese cabernet sea uno de los responsables de esa “sensación de potencial de crecimiento” percibida en boca.
B Crux Blend 2008 (60% tempranillo / 30 % malbec / 10% merlot):
Cuando degusto el vino, lo encuentro correcto por donde se lo mire, pero no percibo la complejidad y carácter que me ofrecieron los años anteriores. Me pregunto si ya habrá pasado su mejor momento. Aclaro que el vino está bien, pero me genera ciertas dudas que espero confirmar cuando pruebe la 2009. Spisso sólo comenta que fue un año en promedio normal, con muy buena sanidad de la uva, caluroso al principio y frío para la época de la cosecha.
B Crux Blend 2009 (35% tempranillo / 50% malbec / 15% touriga nacional):
Este 2009 vuelve a entregarme lo mejor de lo que espero de este blend: sumamente expresivo en aromas de boca y nariz, confirmo el contraste con la añada anterior. De seguro tenga una buena evolución; el tiempo lo confirmará. Spisso comenta que fue un año bastante normal con respecto a las precipitaciones y a las temperaturas, y nuevamente destaca buena sanidad de las uvas. Sorprende la touriga participando del corte. Según Spisso, haber encontrado tan buenos resultados luego de vinificarla lo motivaron a incorporarla para que forme parte del blend.
B Crux Blend 2010 (40% tempranillo / 40% malbec/ 10% cabernet / 10% touriga nacional):
Siento a este 2010 como una excelente continuación del anterior. Desde mi humilde opinión y gusto, creo que será el estilo de blend que más disfrutaré como consumidor. Encuentro en boca una “tensión especial” que no hallé en ninguno de los anteriores: los aromas del roble, a pesar de ser el más joven, están lejos de ser protagonistas; la sensación es que la crianza tuvo como principal función integrar estas cuatro cepas y potenciar sus atributos, que no precisamente se traducen en potencia, sino en amalgamiento y redondez. Presiento que de aquí en adelante tendrá gran capacidad de “lento afinamiento”.
Otra vez todo vuelve a tener relación con el clima: según Spisso, además de que la marcha fue excepcional, tuvieron un manejo especial sobre el viñedo de tempranillo, plantado en vaso, logrando una muy buena maduración, cuyo resultado es un grano de uva más chico, similar al tamaño de la baya que se da en España.



Para resumir, sobre un nivel de vinos muy bueno, hubo añadas que por su estado (2001 / 2002 / 2006) o potencial (2007 / 2009 / 2010) fueron excelentes en mi opinión. Las sutiles, y no tanto, diferencias de calidad se condicen directamente con la marcha climática, ya que el resto de los factores que pueden impactar sobre el vino en general se mantuvieron año a año. Si bien los cortes surgen de una cata a ciegas de aproximadamente 150 lotes diferentes de vinos, proceden siempre de los mismos viñedos. Es indudable que año a año se mantuvo un estilo con respecto a la vinificación y crianza, sin caer en modas de vinos “super extraídos y concentrados”, en las cuales sí cayeron otros productores.
La producción anual promedio de esta línea también se mantuvo bastante constante: alrededor de 50.000 botellas, más-menos 10.000 según la añada.
Para sumar información con respecto al clima de la región, Spisso aclara: “los tiempos de madurez en nuestra zona son casi los mismos que en Tupungato. Hay una entrada de vientos fríos del sur que colaboran a acentuar la amplitud térmica; 20 km de donde está la bodega hacia el sur es lo último que hay en producción antes de San Rafael. Las antiguas fincas están en parral; si estuvieran en espaldero, se helarían y no se podría cosechar nada”.
Si bien queda claro que desde su concepción el B Crux Blend fue pensado para la guarda, con resultados que están a la vista, vale aclarar que esta línea no es el tope de gama de la bodega. Por sobre ella están los Alfa Crux y, más arriba aún, los iconos O. Fournier, Malbec 2008 y Cabernet/Syrah 2006; con una crianza en barrica nueva de veinte meses, bastante mayor que los B Crux, que es de doce y en barricas de segundo uso.



Refiriéndose a las puntuaciones de la crítica, Spisso comenta que por lo general es sobre los vinos recién salidos al mercado: “una cosa es hacer vinos jóvenes con alto puntaje, y otra cosa es hacer un vino que se pueda guardar, evolucionar y que tenga consistencia en la calidad año a año; para lograr eso, son muchos detalles y cuidados especiales dentro de la bodega”. Personalmente, hoy encuentro los verdaderos resultados, y son a largo plazo.
Por ejemplo, ¿quién hubiera imaginado hace diez años que el 2002 iba a entregarnos todo lo que nos brinda hoy?
Con respecto al momento en que el vino sale al mercado, actualmente (2015) está a la venta este blend 2010. Aclaro esto porque no es habitual que todas las bodegas hagan la estiva de sus vinos de alta gama durante tanto tiempo. Por lo general, salen bastante antes a la venta, y es el consumidor quien tiene que cargar con la guarda del vino si desea disfrutar de un producto bien redondeado; en el mejor de los casos, dicho consumidor también debería contar con el lugar apropiado para la guarda, que nunca podría igualar al de la bodega.
Hoy estamos comprando el 2010. A pesar de que es un vino que tranquilamente se podrá guardar una década más, hoy se encuentra sumamente ameno y con taninos muy amables al paladar. Por lo visto, el valor agregado de la guarda en origen es un detalle no menor para tener en cuenta; cuando muchas veces con otras etiquetas es habitual que tengamos que esperar entre dos, tres o cuatro años para que el vino llegue a su momento óptimo. Aquí podríamos empezar a hablar de un costo financiero anual, entre otras cuestiones sobre las cuales ahora no viene al caso polemizar. Prefiero imaginar y empezar a programar la próxima vertical de Alfa Crux que aún está “bien guardada” esperando en la cava de la bodega.




















viernes, 9 de enero de 2015

“El Pajarito Amichu ya vuela solo”


Recientemente probé la nueva cosecha 2013 de
Pajarito Amichu. Es el tercer año que sigo de cerca esta etiqueta de partida limitada, de apenas 1.300 botellas, elaborada por Sergio Casé. Al igual que en las añadas anteriores, me encuentro con un tinto de cuerpo medio, con una fruta roja tirando a negra, proveniente de su componente principal, el malbec (62%), y un punto de maduración avanzado y bien atractivo. El resto de los componentes de este blend, cofermentación de cabernet sauvignon, cabernet franc y un toque de viognier, sumados a los 10 meses de crianza en francés, aportan tonos distintivos como suaves herbáceos y un interesante bouquet más relacionado al aporte del roble.

A diferencia de las añadas anteriores, creo que desde el primer momento la intensidad frutal es mayor: este “trece” despierta rápidamente en aromas. En boca encuentro su mayor atributo, porque tiende a fluir, dejando largo y grato recuerdo una vez bebido. Es de taninos bien pulidos, y a pesar de que hablamos de una fruta madura, en boca su ataque es seco, fresco y su paso es sumamente equilibrado. Resulta muy disfrutable hoy, y todo me indica que en uno o dos años todos los atributos mencionados seguirán resaltándose.
Al menos en esta instancia, sugiero que la temperatura de servicio sea la correcta (16 a 17 grados), dado que si es mayor puede llegar a sobresalir levemente el alcohol, pero nada que impida el pleno disfrute.

Sergio Casé es conocido por ser el enólogo responsable de elaborar los vinos de alta gama en una de las bodegas más importantes de nuestro país, pero hoy es su proyecto personal, como se suele decir “el de garaje”, el que nos convoca a hablar de él. A pesar de que, por su limitado stock, Pajarito Amichu es sin dudas una etiqueta de “nicho”, que algunos pocos podrán conocer, ya tomó vuelo propio, y al menos para mí se hizo su lugarcito entre los vinos que espero con ansias año tras año.

miércoles, 23 de abril de 2014

"NOA Wine Tasting 2014"


El Sábado 10 de Mayo se realizará en el  Hotel Garden Park Suites y Eventos de San Miguel de Tucumán, la primera edición del NOA Wine Tasting; evento que  consistirá en una cata de vinos de alta gama de  diferentes “terroirs” de nuestro país; etiquetas de Mendoza, Salta, Tucumán, La Pampa, hasta de Córdoba y Buenos Aires, dirán presente en el Salón Vía Blanca del Garden Park; todos los vinos serán de corte (Blend); y quienes asistan a la degustación, que será a ciegas, además de elegir sus vinos favoritos, podrán compartir el evento junto algunos enólogos de las bodegas presentes y periodistas especializados.



Las entradas anticipadas ya se encuentran a la venta y se las podrá adquirir con descuento especial hasta el día 25 de abril; atención que los cupos son limitados, ya que solo hay cincuenta lugares, y que este tipo de actividades no es habitual que se realicen en la región.

El precio de la entrada incluye la degustación de más de 30 vinos de alta gama, cena durante el evento con entrada y primer plato, sorteos sorpresas, y entre otros regalos cada participante se podrá llevar el copón utilizado en el "tasting".

Se pueden reservar las entradas en cualquiera de los canales de comunicación del NOA Wine Tasting
O a los teléfonos: 0381-156145628 / 0381-156416651.
Noa Wine Tasting
@noawinetasting

viernes, 24 de mayo de 2013

“Lupa Bloguera (7° Caso: Tintos de Corte Argentino)”



25 de Mayo, Día de la Patria: una nueva excusa para probar vinos bajo la temática “Corte Argentino” y, como es habitual, publicarlos en simultáneo con el resto de los Blogueros del Vino. La Lupa se posa esta vez sobre los blends; en particular, el clásico corte de Malbec con Cabernet Sauvignon, es decir, nuestra cepa insignia en sociedad con la “Reina de las Tintas”, apodo que se debe a su fácil adaptación a las diversas regiones, por lo que goza de ese reconocimiento especial a nivel mundial.

Al pensar en las características que reconocemos en cada una de las cepas, es claro que resultan una buena combinación. Mientras que la primera puede aportar buena fruta, taninos dulces, acidez, carga colorante, en algunos casos hasta notas florales; la segunda complementa, con estructura, taninos más marcados, especiados como la pimienta, u otras notas un tanto más verdes que pueden ir hacia el morrón/pimiento u otros tonos herbáceos. Por supuesto que se trata de una descripción general, dado que dichas características seguramente van a variar en función del lugar donde se cultivaron o de la mano de su enólogo (terroir). En conclusión, desde otro punto de vista, podemos decir que las “carencias” de una, pueden complementarse muy bien con los atributos de la otra.

Mi elegido

Tempus Pleno 2007 (Bodega Tempus Alba) ($ 170)
Encontré en mi cava este blend, que hace un año me había regalado un amigo, de esos que conocen bastante sobre vinos. Ya les anticipo que lo disfruté muchísimo. 


La bodega Tempus Alba, ubicada en Coquimbito (Maipú, Mendoza), fue fundada en 1995; es propiedad de la familia Biondolillo, apellido reconocido en el ambiente del vino, y posee 110 hectáreas de viñedos, repartidos entre los Departamentos de Maipú, Luján de Cuyo y Tupungato.

Yendo al vino en sí mismo, desde un inicio se mostró con excelente intensidad en nariz; fruta negra, roja madura, tonos tostados y ahumados muy presentes. Evidentemente su crianza de diecisiete meses en barrica (90% francesa / 10% americana) se sigue haciendo notar, pero tanto la fruta como la madera están bien integradas. En boca tiene mucha coherencia con su nariz, ya que, además de sus aromas francos, lo encontré pulido, de taninos amables, equilibrado, con buen desplazamiento en su paso, y aquellas notas de la nariz repetidas en el recuerdo que deja el final de boca.

Cuando bebo un vino para luego comentar su cata, sería egoísta pensar sólo en mi gusto; no puedo dejar de imaginar el de los consumidores en general. En este sentido, este corte puede conquistar a la mayoría: es fácil de beber y, al mismo tiempo, tiene complejidad. Se seguirá puliendo, y bien guardado estimo que se irá poniendo mejor, ganando en fineza y elegancia.

Quienes me conocen saben que cada vez estoy más reacio a los vinos de perfil fruta madura y destacada madera; pero en el Tempus Pleno 2007 dichas características están excelentemente ensambladas. La prueba está en que, al llevarlo a la boca y luego de beber una copa, me dieron ganas de seguir con otra. Claro que esta época del año es la ideal para beberlo en una cena junto a algún menú de sabores intensos; sugiero ese marco para disfrutarlo “plenamente”, valga la redundancia. Por el contrario, no lo imagino en mi mesa familiar un mediodía de asado en enero bajo la sombra del laurel. Y reconozco que el tiempo le hizo bien, de haberlo descorchado un par de años antes, tal vez no lo habría elogiado tanto.

El Tempus Pleno 2007, además de mezclar dos uvas (Malbec con Cabernet), combina dos regiones, ya que la primera proviene de Maipú y la segunda de Luján de Cuyo. Debo confesar que tengo un tanto olvidados los vinos de esta bodega, por nada en particular, pero por lo poco que probé –si mal no recuerdo–, imagino que el perfil detallado anteriormente también “correrá” para el resto de sus líneas: más abajo con los varietales Tempus Alba, y en rango superior en las líneas Reserva del Enólogo, Radaelli y Vero. 

Será cuestión de prestarles más atención a la bodega Tempus Alba, recorrer todas sus lineas; posiblemente sea una buena bodega para recomendar, mas que nada teniendo en cuenta que tiene un estilo que puede ser atractivo para buena parte de los consumidores de vino.




A continuación los "cortes" probados por el resto de Los Blogueros del Vino:

sábado, 15 de diciembre de 2012

“Vertical de RD de Tacuil (por Willie)”



Siempre digo que gracias al vino conocí y sigo conociendo a mucha gente. Con los años y los buenos momentos compartidos a muchos ya los considero más que compañeros del vino. Uno de ellos es Willie: para que tengan una idea de su pasión y horas de vuelo en esto (que lo hace únicamente por hobby), además de no pasar semana sin participar de alguna degustación, lleva visitadas varias decenas de bodegas de nuestro país.

Desde hace un tiempo Willie comenzó a escribir sus experiencias degustando vinos, pero como él no tiene sitio web donde hacerlo, comenzó a publicar sus notas en blogs de algunos amigos en común. En Mr. Wines también queremos tener una nota de Willie, el Bloguero Itinerante, como lo llaman algunos.

A continuación, su relato luego de una interesante cata vertical de RD de Tacuil:



Con la presencia de Francisco Morelli, uno de los dueños de Tacuil, se llevó a cabo la última degustación del año en Ozono Drinks, que consistió en una vertical del RD (añadas 2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2011).

La Bodega Tacuil está ubicada en Salta en el Departamento Molinos. Tiene una extensión de 127 km2 y una superficie cultivable bajo riego de 208 hectáreas desmontadas, listas para cultivar. La línea de productos está constituida por Viñas de Dávalos, 33 de Dávalos, RD y Doña Ascensión. Son vinos muy particulares porque en su elaboración no utilizan madera, fermentan con levaduras indígenas y tienen un elevado grado alcohólico. Por la ubicación de los viñedos, en un lugar muy agreste, a 5/6 horas de viaje desde Salta capital, sin luz eléctrica y con escasez de agua en la época en que se necesita, los vinos son una representación de lo que brinda la tierra, el clima de la altura de montaña y la esforzada mano del hombre en esos lugares. Vinos de carácter con identidad que reflejen el terruño, ésa es la filosofía que sus dueños le imprimen a los vinos que elaboran. Más info aquí.  


El RD, cuya vertical de cosechas disfrutamos, es un corte de Malbec y Cabernet Sauvignon, de un cultivo totalmente orgánico, embotellado manualmente sin purificación ni filtrado.

La Degustación:

Para hacer boca comenzamos con el RD Sauvignon Blanc 2012 ($ 79) que corresponde a la segunda añada de elaboración. Estas uvas provienen de vides sembradas en el año 2001, las cuales se fueron adaptando a lo largo de los años. Según comentó Francisco (Pancho para los que lo conocen, aunque ahora le salió un competidor salteño), durante 2006, 2007 y 2008 vendieron las uvas a Vasija Secreta. En los años 2009 y 2010 vinificaron en Tacuil haciendo pruebas; hasta que el año pasado, ya satisfechos con lo logrado, sacaron la cosecha 2011.

Las dificultades para llevar estas uvas a vinificar fueron toda una peripecia, según contaba Pancho: cosecharon a 2.630 msnm en febrero (época de lluvias) y para salir de la finca debieron utilizar carritos de 1 metro por 1 metro, haciendo innumerable cantidad de viajes por el barro tirando con un tractor (que varias veces se desbarrancó).

Yo tuve oportunidad de probar la 2011, y a esta 2012 no le encontré muchas variaciones que la diferenciara. Este es un Sauvignon Blanc distinto, sin pomelo, sin pis de gato, escasos cítricos en la olfacción, pero muy floral y frutal. En boca es muy agradable, algo seco con un suave dulzor, con bastante cuerpo y un toquecito amargo final. Sobresale la mineralidad, fácilmente perceptible como algo salado. Si bien no le falta, un poco más de acidez le vendría muy bien. En resumen: un vino súper elegante, muy del terruño, con mayoría de descriptores cercanos al torrontés, y entre lo mejorcito del país.

Largamos la degustación con el RD 2011. Malbec 80% Cabernet Sauvignon 20%. Vides 50% de genética prefiloxera y el otro 50% plantas traídas de Mendoza. Un vino que gustó mucho aunque la mayoría lo consideró como algo especial, que hay que esperarlo, que tiene mucho para dar y otras expresiones similares. Un vino joven con mucho potencial, nariz de fruta madura con algo de morrón picante por detrás, acidez media y frescura.

Pasamos al RD 2010, con la misma proporción en el corte. Se le notó una mayor acidez, redondo, muy pleno en boca, con mucha menos fruta que el anterior pero más balanceado y complejo. 

En el RD 2009 se notaba una mínima evolución en el color y una nariz más restringida sobresaliendo notas piracínicas. En boca sorprendió con un ingreso muy fresco, algo picante con buena acidez, redondo y suave. 

El RD 2008 llamó la atención y comenzó a ocupar los primeros lugares de preferencia entre los hasta aquí catados. Aromas de fruta dulce muy llamativa con un color apenas disminuido, eran las primeras señales de este vino. Era algo diferente, en boca entra muy suave con menor acidez que los anteriores y no llena la boca siendo al parecer un poco más fluido. Un sabor licoroso muy suave lo complementa y capta algunos admiradores. Aquí nos aclara Pancho que con esta cosecha comenzó una nueva etapa en la elaboración de estos vinos, particularmente éste tiene en su corte, además del 50% Malbec y 50% Cabernet Sauvignon, un agregado del vino utilizado para la línea Viñas de Dávalos.

Al pasar al RD 2007 nos encontramos con otro corte: 83% Malbec y 17% Cabernet Sauvignon, un poco más evolucionado, con suaves aromas de fruta madura; se presentó fresco y suave en boca, repitiendo lo que nos entregó en nariz. Un vino muy elegante que gustó a la gran mayoría. Según Pancho, este vino lo hizo su tío, como las cosechas más antiguas.

A esta altura de la degustación se armó una linda discusión sobre el significado y los efectos de la oxigenación así como de la oxidación sobre los vinos. La llegada del último RD nos volvió a la realidad.

Finalizamos la vertical con el RD 2006, de cosecha agotada en bodega. Evolución media pero con buena profundidad de color. En nariz se lo sentía algo licoroso y denotaba un vino que estaba en caída. Pese a ello se le notó un ingreso fresco con buena acidez de sabores frutales y dulces. Vino rico, aunque ya más licoroso, y que conserva una buena acidez.
Como remate de esta tremenda vertical, Pancho nos trajo un Doña Ascención 2007 que se ganó el favor de casi todos, y si lo hubiéramos puesto en la votación salía primero seguro.


martes, 11 de septiembre de 2012

“Muy buena RPC para Los Pasos”

La franja de vinos de $ 20 a $ 30, en la cual todas las grandes bodegas tienen su representante, es muy competitiva. Por lo tanto, para destacarse allí, no queda otra alternativa que ofrecer calidad más que acorde; y no menor volumen para mostrar presencia, porque imagino que en este segmento de precios vender cantidad es la variable fundamental para que el producto sea exitoso comercialmente.

En este sentido, la buena noticia es que Bodega Séptima sacó una línea de vinos en los $ 25/botella (precio de góndola), y al menos el corte Malbec/Cabernet Sauvignon (Mal/CS), que tuve la posibilidad de probar, cumple con todos los requisitos para llegar a una mesa y gustar.

La nueva línea se llama Los Pasos, y cuenta, además del corte que mencioné, con un Chardonnay/Semillón y un Syrah/Tempranillo.

Los Pasos posee una etiqueta elegante. Cabe mencionar que el corte Mal/CS también viene presentado en 375 cc ($ 15), medida que me parece acertadísima tanto para locales gastronómicos como para aquellos hogares donde una botella les dura más de una ocasión.


En este segmento, muchos vinos usan como recurso impactar al consumidor desde la intensidad aromática y paladares tirando a dulce, aromas que intentan recordar al tostado de las barricas, que muchas veces rozan lo artificial, y que suelen desprenderse y, lo que es peor, perderse fácilmente. En cambio, en Los Pasos Mal/CS encontré un vino más concreto, más franco; de moderados aromas frutales, más algunos especiados; en boca, los mismos repiten con un ataque seco, y es redondo al mismo tiempo; sus componentes están equilibrados, y posee el largo de boca necesario para acompañar nuestros platos cotidianos.

Como valor agregado, desde la bodega también informan que las botellas son más livianas y las cajas son realizadas en un 50% con cartón reciclado, dos iniciativas que contribuyen al cuidado del medio ambiente. 

Para cerrar, creo que Los Pasos Malbec/Cabernet Sauvignon 2010 es una excelente alternativa para el segmento, como vino de todos los días. 



Me despido con un último comentario: como memorioso que soy, me queda la duda de por qué la bodega utilizó el mismo nombre, para su línea más baja, que el de aquella partida limitada de alta gama Malbec 2005, que tanto disfrutamos hace un par de años, y que algunos seguimos atesorando en nuestras cavas, con la esperanza, al menos hasta hoy, de una nueva añada.

lunes, 4 de junio de 2012

"Quinta Cata Interblog"

En la quinta Cata Interblog le llegó el turno a los vinos de corte o blend, es decir, aquellos que combinan más de una variedad de cepas. Cuando son de precios medios/bajos, personalmente me gusta llamarlos “cortecitos”. Esta vez, los propuestos se ubican en el segmento de $ 21 a $ 26, franja muy complicada: si hoy tengo en cuenta los continuos aumentos de precios de los últimos años, lamentablemente cada vez puedo exigirles menos. Para que tengan idea del incremento, uno de los vinos que compré en Jumbo a $ 26, hacía dieciocho meses su precio sugerido en góndola era $ 18.



Vamos a las etiquetas degustadas:

Graffigna Vínculos 2011 - Corte Cabernet Sauvignon con Merlot, de Bodega Graffigna (San Juan)
Cepa Tradicional 2009 - Corte Cabernet, Malbec y Merlot, de Bodega La Rural (Maipú, Mendoza)
Ventus 2011 - Corte de Merlot, Malbec y Cabernet, de Bodegas del Fin del Mundo (San Patricio del Chañar, Neuquén)

Hice la degustación con los tres al mismo tiempo, y para no condicionarme le pedí a mi familia que se ocuparan de servirlos en las copas. Francamente, al encontrar las muestras con un color similar (baja intensidad) y un tanto pobres en expresión, llegué a sospechar que me estaban haciendo una broma repitiendo el mismo vino en las tres. Pero no fue así, necesité de un par de minutos para que algunos aromas se despertaran, aunque sea tímidamente; y el tiempo fue quien me ayudó a evaluarlos y definir para dónde iba cada uno.

En todos había cierta medida de cabernet sauvignon en su composición, lo que inclinó los aromas más hacia los especiados. Los que intentaron sostenerse en lo frutal, tirando a dulce (fruta madura), fueron precisamente el Graffigna y el Cepa, este último con el adicional de algunos tostados; mientras que el Ventus se apoyó más en los herbáceos.

Resumiendo: a mi criterio, el patagónico fue el que mejor comportamiento tuvo en boca; ataque seco, algo de taninos, equilibrado, se repite el herbáceo y cierto amargor en el final. En definitiva, fue el que más me gustó, sin ser demasiado pretencioso. Al Cepa lo sentí un tanto más flaco en boca, con aromas que intentaban simular crianza pero que no perduraron mucho tiempo. Y el Graffigna, que justamente era el de menor precio, por nada del mundo lo pudo disimular.

Volviendo a mi introducción, personalmente cada vez son menos los vinos que bebo en este segmento, y si a eso le sumo la variación continua en los precios, el resultado es que cada día me cuesta más poder disfrutar de los mismos por lo poco que ofrecen, y determinar si su calidad es acorde o competitiva para su respectivo valor comercial.

Del promedio entre la suma de las calificaciones de todos los Blogueros del Vino e cambio salió el siguiente podio:


A continuación, la mismas etiquetas  catadas por el resto de los Blogueros del Vino:


► Fabian Mitidieri
► Memorias del Vino
► Rumbovino
► Vinos en Buenos Aires
► Vinos en Córdoba
► Vinos Oasis Sur
► Vinarquía
► WineMDQ
 El Vino del Mes


sábado, 3 de diciembre de 2011

“Vistaflores Estate en Buenos Aires”

Hace unos días fui invitado por el gentil Víctor Honoré a la presentación de los nuevos vinos de la bodega Vistaflores Estate (VE); un proyecto que nació hace aproximadamente seis años y que posee viñedos propios en privilegiadas zonas mendocinas como son La Consulta y Vistaflores. En la degustación estuvieron presentes Jan y Bill, que son matrimonio y dueños de VE, ambos de nacionalidad americana pero actualmente con residencia en la ciudad de Punta del Este (Uruguay).

                                              

Las etiquetas del proyecto básicamente se dividen en tres líneas:

* Viñedos Altamira Valley, la actual cosecha 2010 está conformada por un blend de 65% Merlot, 23% Cabernet Sauvignon y 12% Cabernet Franc, con una crianza de 10 meses en roble francés. El merlot pertenece a un antiguo viñedo de 61 años de La Consulta (1.080 msnm): una verdadera joya. Calculo que su valor comercial se ubicará en los $ 45/50. Fue el primer vino que degusté y lo percibí con estructura, ataque seco y buen largo de boca para su segmento, suficiente fruta (jalea) y notables aromas especiados; un corte que pide a gritos otro corte, pero vacuno y jugoso.

                                       


* Altamira de los Andes Grand Reserve, esta línea está conformada por varietales; hay Merlot 2008 y un Malbec de la misma añada que estimo se ubicarán en los $ 100/120. Bebí sólo el Malbec y me resultó también muy interesante: ataque dulce, buena concentración, fruta madura y equilibrio.

* Altamira Navigato Family Selection, línea que en el mercado local lleva el nombre Altamira de los Andes. Había para probar un Malbec Reserva 2009 y dos Blend (2006 y 2008), de los que me gustaron especialmente los cortes, ya que encontré un marcado salto cualitativo; el 2006 complejo y muy disfrutable hoy, el 2008 con potencia y una importante capacidad de guarda aportada por sus 24 meses de crianza en barrica, posiblemente con mayor perspectiva de crecimiento que el 2006.


Todos los tintos me dejaron muy buena impresión. Si debo elegir dos, me inclino por la excelente relación precio calidad del Viñedos Altamira Valley 2010 y por el futuro que promete el Altamira de los Andes Blend 2008 (40% Merlot, 30% Cabernet Sauvignon y 30% Malbec).

Las mencionadas elaboraciones estuvieron a cargo Silvio Alberto (ex Andeluna) y con el asesoramiento externo del prestigioso enólogo consultor italiano Attilio Pagli.


Había tenido conocimiento de VE hace aproximadamente un año cuando probé el Primmacepa Brut, un espumante elaborado por Pedro Rosell, sumamente delicado y complejo, al estilo que nos tiene acostumbrados el maestro, y a pedido especial de Bill. Fue uno de los vinos que coronó la degustación y debo reconocer que se encuentra bárbaro: “panadería” pero muy sutil, paso seco por el paladar y con la promesa de seguir creciendo en complejidad con su crianza en botella. Jan se muestra enamorada de su espumante y lo ubica como su etiqueta preferida.

                                                     

Otro de los presentes aquella noche fue Nicolás Hughes, gerente de operaciones de VE quien en una charla muy amena me respondió las siguientes preguntas:

Hola Nico, ¿cuál es tu función en la bodega?
Dentro del proyecto tengo el cargo de Gerente de fincas.


Tu apellido está bastante ligado a la enología local, ¿a qué se debe?
Y, con respecto a mi familia, mi padre es el Gerente de producción de Nieto Senetiner y mi hermano Tomás es enólogo de Trapiche en los vinos de alto nivel.


¿Cuál es la cantidad de botellas producidas por año? ¿Hasta el momento la totalidad de las mismas tenían como destino el mercado externo?
Tenemos una producción aproximada de 45.000 botellas por año. De las cuales 10.000 son de Gran Reserva y el resto son vinos reserva. Nuestro fuerte es el mercado externo y sobre todo Estados Unidos, ya que Bill y Jan son americanos. Junto a Víctor Honore estamos comenzando a vender dentro del país, lo cual para mí es muy importante.


Silvio Alberto ya no está ligado a la bodega. ¿A cargo de quién están las nuevas elaboraciones?
Por el momento la elaboración se está realizando en una bodega del Valle de Uco, y nuestro enólogo y asesor es Attilio Pagli.]


Para ilustrarnos un poco, contanos brevemente cómo es trabajar junto a Attilio.
Los trabajos con Attilio son muy interesantes ya que visitamos las fincas en los momentos claves del año y vamos viendo detalles muy específicos para lograr en nuestras uvas la mayor calidad, que luego se va a ver reflejada en los vinos. Después hacemos un seguimiento constante y minucioso en bodega para que no surja ningún tipo de inconveniente, ya que el objetivo de Bill y de Jan es producir un vino que aspire a los 100 puntos de Parker.


Muchas gracias Nico y Victor.

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