viernes, 7 de julio de 2023

#LaCuevaVisitaSanJuan 2023

 



La Cueva Visita San Juan 2023

Si bien San Juan, con el 18% de la producción, es la segunda provincia productora de vinos más importante después de Mendoza, cuando pienso en las etiquetas de vinos que suelo probar y discutir con mis colegas, no creo que tenga el mismo protagonismo que tiene a nivel nacional con ese porcentaje.
En general, en mi radar, Mendoza ocupa la mayor parte, seguida por una porción considerablemente menor del norte argentino, San Juan y la Patagonia en menor medida, y el resto de las regiones con una presencia mínima pero suficiente. Dentro de este último grupo se encuentra Córdoba, que posiblemente se despegue en cualquier momento, ya que su crecimiento en los últimos años ha sido constante.
¿Por qué San Juan, al menos desde mi perspectiva, no tiene el protagonismo que reflejan las estadísticas?
Una posible respuesta podría ser que gran parte de la producción se destina a vinos de mayor volumen y menor precio, los cuales no suelo buscar con frecuencia. Otra explicación podría ser que parte de esa producción se utiliza para abastecer bodegas en otras provincias y no se declara, o bien para vinos de traslado. Estas podrían ser algunas de las razones, pero no tengo datos que lo confirmen.
Sin embargo, lo importante ahora es que, desde mi humilde posición, he comenzado a percibir un crecimiento en la provincia, al menos en el tipo de vinos que más me interesan. Además de descubrir nuevas etiquetas y escuchar hablar más sobre diferentes regiones, puedo distinguir vinos con perfiles diversos, y observar como algunas grandes bodegas indican en sus etiquetas si la uva proviene de una región específica de la provincia. Estas son todas señales positivas que indican que algo está cambiando.
Hace algunos años no hubiera considerado a San Juan como un destino para mi tour de vinos de la cueva; efectivamente desde el 2016 lo hice en reiteradas veces con destinos como Mendoza y los Valles Calchaquíes, esos viajes fueron reconocidos en las redes como #MrWinesTour.
Pero en este año 2023, sentí que era el momento de explorar los vinos de la provincia y capturar como me gusta decir la primera foto panorámica, porque estoy seguro de que cuando tome la segunda en tres o cuatro años, todo será aún mucho mejor.
Es importante mencionar que todas las conclusiones que compartiré será simplemente la opinión de un pequeño vendedor de vinos de Buenos Aires, que reunió a 26 entusiastas del vino y en solo 4 días se entrevistó con 27 productores de la provincia. En el recorrido se visitaron 13 fincas distribuidas en diferentes valles (Ullum, Tulum, Zonda, Pedernal y Calingasta) y se probaron mas de 160 vinos. Además, continuamente intercambiamos nuestras apreciaciones entre los 26 compañeros de viaje.
¿Por dónde empiezo? La lista de vinos es larguísima y la de regiones más acotada. Intentaré resaltar algunas cuestiones sobre cada una de ellas, relacionándolas con los productores entrevistados. Y si alguien duda de mi fórmula (4x27x160), es importante que sepa que, en los casos en que no teníamos tiempo durante el día para visitar a los productores, los convocábamos por la noche en nuestro hotel para charlar y probar sus vinos. Las previas de nuestras cuatro cenas se convirtieron en catas. Coincidieron en esos encuentros siempre pequeños productores.

Día I

El recorrido incluyó Ullum, Tulum y Zonda. Nos acompañó Marcelo Onofri como guía. La primera parada fue en 907 Wines, una hermosa bodega que está a punto de inaugurar. Además de ser productores de uva, Marcelo se encarga de la enología. Les recomiendo visitar este lugar cuando esté listo, la vista, la arquitectura y el diseño están en armonía con los vinos, que han tenido un excelente comienzo para ser un proyecto nuevo.
La segunda parada fue en Tulum, donde visitamos Merced del Estero, una bodega con varios años de historia. A pesar de tener una amplia y sólida selección de vinos, pudimos probar algunas muestras más innovadoras del 2023. Esto demuestra su intención de prestar atención a las demandas del mercado y cautivar a nuevos consumidores. Utilizan principalmente la fruta de su propio viñedo, ubicado frente a la bodega. Para algunos de sus vinos de gama alta, combinan esa fruta de Tulum con uvas de El Pedernal. Marcelo también es el enólogo y está en ese cargo desde hace 22 años.
Nuestra última visita fue a Bodega Xumek (BX) en Zonda, también a punto de inaugurar y con una extensión de terreno considerable. Su dueño, Ezequiel Eskenazi, nos recibió y nos contó sobre la propuesta que están desarrollando para el turismo, tiene que ver con una reserva natural, donde integra los viñedos con la flora y fauna autóctona, y un parque temático con esculturas de importantes artistas plásticos argentinos, todo a gran escala. Me vino a la mente Bodega Colomé, donde la visitan tanto el turismo del vino como los interesados en el arte, seguro será una propuesta única que cuando esté lista sumará mucho a la región.
Xumek cuenta con una finca especial llamada "Paraje La Ciénaga" (PLC), ubicada a 1400 metros sobre el nivel del mar. Lamentablemente, no pudimos visitarla debido a la falta de tiempo, aunque su enólogo, Daniel Ekkert, me había insistido en que conociera ese lugar. Debido a su clima muy frío y su entorno natural, esta finca posee condiciones únicas que contribuyen a producir vinos muy especiales. Desde la cosecha del 2022, todos los vinos de Xumek provienen de PLC, y desde el 2021, ya vinifican en su nueva bodega, ya que antes lo hacían en una bodega externa. Con esos dos avances, me animo a decir que debemos prestar atención a los futuros vinos de BX. Probamos algunos Malbec y Syrah del 2023 en tanques, y nos sorprendieron gratamente!
Lamento tener que ir un poco rápido, pero esa noche teníamos tres productores esperándonos con sus vinos. Marcelo Onofri, en esta ocasión nos presentó su proyecto personal Violinista Wines, etiquetas bastante reconocidas por los cueveros. Gran parte de las uvas que utiliza provienen de Tulum, una zona naturalmente más cálida. Marcelo suele trabajar con dos puntos de cosecha para lograr diversos componentes, que luego mezcla para obtener frescura con el aporte del más temprano, lógicamente. Para su Cabernet Franc Gran Reserva, utiliza uvas 100% de Pedernal. El segundo expositor fue Nico Ferreyra de "Tres Pira 2", quien presentó dos etiquetas con uvas provenientes de Calingasta y La Ciénaga (Zonda). Encontré sus vinos con un perfil fresco y algún recuerdo a hierbas. Creo que es un proyecto muy nuevo y veo un buen comienzo en su propuesta. El último de la noche fue Ricardo Roma, enólogo de "San Juan de la Frontera", un portfolio que combina uvas de Tulum y Pedernal, con un estilo algo más clásico y sospecho que mas enfocado al mercado externo.
Dejaré más conclusiones al final de la nota. Nuestra cena terminó cerca de la medianoche, y la segunda jornada nos citaba a las 8 AM en la combi de "Willy el Picante", el conductor de los cueveros. Nuestro destino sería el Valle del Pedernal, y el tiempo estimado de viaje sería de aproximadamente dos horas y media.

Día II

A las 10:30 AM, nos encontramos con Pablo Gómez Sábatie, ingeniero agrónomo a cargo de Fuego Blanco (FB), el proyecto de la Familia Millan (MDZ) en San Juan. Nos acompañó Felipe Azcona de Elefante Wines (EW), y aunque desde San Juan son 90 km, la última parte del camino tuvimos que recorrerla a baja velocidad debido a las condiciones del ripio.
Con una introducción impecable de Pablo sobre la región, probamos todo el portafolio de vinos de FB. En general, encontramos una frescura adicional en comparación con los vinos que probamos el día anterior. Aunque Pedernal suele producir vinos con mucho carácter, concentración natural y una mezcla que combina hierbas con cierto toque salvaje, encontré que varios de ellos eran más moderados en intensidad y lograban ciertas sutilezas que me encantaron. Vale la pena destacar que próximamente lanzarán un vino de alta gama llamado Elodia, un Malbec 2019 proveniente de una viña en cabeza con rendimientos muy bajos. Es un vino que tiene mucho que decir en boca a través de su fina textura y creo que dará mucho que hablar.
Hay un vino que no fue probado en el viaje, porque la bodega que lo produce se encuentra en Mendoza, pero lo elabora precisamente con fruta proveniente del viñedo de FB. Es el BenMarco Sin Limites El Pedernal de Susana Balbo Wines, en mi opinión siempre un gran representante de la región y de la belleza del paisaje que terminábamos de visitar. La elaboración de esa línea de vinos esta a cargo de Edy del Pópolo; no quería dejar de mencionarlo, porque además fue Edy el viticultor que en el año 2013 la familia Millán contrató para el armado de la misma.
Como anticipamos, el viernes nos esperaba el "Pedernal Full Day". Nuestra segunda parada fue en una finca vecina llamada "La Yesca", donde nos esperaba Juan Ignacio Arnulphi, enólogo de Finca Las Moras, y su equipo técnico. No escatimaron en brindarnos información sobre la finca, su armado, y todos los detalles previos a la degustación de los vinos que actualmente están a la venta. Entre mis favoritos se encontraron el Demencial Pinot Noir(PN) 2022, que combina una crianza de foudre y concreto, y anduvo muy bien! Tengo en el radar tres PN del Pedernal hasta ahora, todos buenos exponentes, interesante que esa variedad que nos seduce tanto, también se pueda desarrollar bien en este terroir tan especial. Otro al que le disparé elogios fue el Paz SB 2022, un blend de tres cuarteles con perfiles diversos. También me había gustado mucho el Sauvignon Blanc de FB, y recuerdo que Elefante, el próximo productor con quien nos reuniríamos, también tenía un Sauvignon Blanc 22 excepcional. Tomé nota de todo ello, aunque es importante mencionar que esta cepa no suele enamorarme, ya que los aromas primarios cuando son muy intensos tienden a cansarme.
A pocos metros, nos esperaba Finca El Durazno, también conocida como "La Pepsi", es la más antigua del Pedernal. Hace casi 30 años, dos ingenieros, uno de ellos Tomás Hughes (Padre), plantaron variedades tintas de ciclo largo en esta zona en particular tan fría. Hoy en día, hablamos de este lugar por lo especial de sus condiciones, y con 300 hectáreas de viñedos plantados, dentro de un área adquirida de 44000 has, debemos reconocer que son verdaderos pioneros si consideramos el mapa de los vinos de alta gama argentinos de aquel entonces. No dudé en contactar a Tomás para que nos cuente un poco sobre los inicios de esta aventura. "Cuando llegué a Pedernal, me enamoré inmediatamente", dice Tomás. "Sus condiciones me recordaron a algunas zonas de mayor altitud en el Valle de Uco: suelos pobres y un clima frío. Para evitar las heladas, decidimos ubicar las vides en las laderas empinadas de los cerros, mientras que en las áreas más bajas plantamos nogales, ya que estos brotan aproximadamente un mes más tarde".
De aquellas hectáreas originales, con el tiempo adquirieron terreno para sus fincas: Salentein, Peñaflor y Familia Millán.
Volviendo a la finca, históricamente se caracterizaba por proveer uvas a grandes bodegas, que las utilizaban en sus producciones. Desconozco cuál era su destino final o las etiquetas específicas, ya que tampoco se comunicaba mucho al respecto.Sin embargo, con el tiempo, Felipe y su compañera Juliana Rauek de EW, lograron conseguir algunas hileras o pequeñas parcelas para vinificar, y a través de esas acotadas producciones, pudimos empezar a ver reflejada la personalidad de este lugar en sus vinos.
Desde hace un par de años, he estado siguiendo a Elefante y realmente me gusta lo que hacen, tanto en términos de elaboración como de comunicación. Han sabido adoptar la identidad de la región, lo cual considero muy importante en mi opinión. Durante este viaje, pudimos probar algunos vinos en primicia, y destacó un rosado de Merlot que fue excepcional, así como el Pinot Noir 22 y Malbec 21 no se quedan atrás tampoco.
Cuando visitamos El Durazno, estaban presentes el ingeniero Marcelo Bernal y Diego Artigas, este último es el enólogo me comentó que en 2023 habían realizado cuatro microvinificaciones de Malbec provenientes de diferentes sectores, y se comprometió a compartirlas con los "cueveros" para seguir comprendiendo el potencial del lugar.
El tiempo es tirano, tanto en el viaje como en esta entrada del blog que parece estar siendo bastante extensa. Aún nos quedaba una última parada en Graffigna Yanzon (GY), una finca, posada y bodega, un lugar hermoso para hospedarse en Pedernal (anotálo en tu agenda). Allí cerquita hay otro lugar llamado "La Guarida del Malbec" que también ofrece alojamiento, una pequeña viña y vinos, pero no tuvimos tiempo de visitarlo en este viaje. Sin embargo, varias etiquetas que probamos se proveen con uvas de allí, como Camuñas con Paco Puga, quien está por lanzar su segunda añada de "San Juan por mi Sangre", y el Malbec Gran Reserva 2020 de J.P. Ripalta, que también probamos y se encuentra en un gran momento.
Volviendo a GY, allí nos esperaba Santiago Graffigna. Además de mostrarnos el lugar, nos contó la interesante historia de su familia en la región. Probamos sus vinos Don Duilio, que tienen un estilo algo más clásico, y se venden principalmente en la posada, donde, por cierto, disfrutamos de una deliciosa comida.
Aprovechamos el ambiente acogedor en GY para programar dos degustaciones más, la primera la de un proyecto muy pequeño llamado Valdencanto, y la segunda la de una marca muy reconocida como es Pyros, que desde sus inicios ha promovido siempre la región gracias a la comunicación y calidad de sus vinos. Como mencionamos al principio del viaje, todos conviven en esa foto panorámica que estamos armando.
Valdencanto utiliza frutas de la finca de GY y de una finca vecina para elaborar sus vinos. La enología está a cargo de Giuseppe Franceschini, y uno de los socios del proyecto, Santiago, fue quien nos presentó sus vinos. Tienen muy pocas etiquetas y todas son producciones muy limitadas. Destacó un corte de blancas co-fermentadas, que se encontraba en un gran momento y seguramente tendrá una larga vida en botella. Para que se hagan una idea, está a la altura de los blancos a los que "el tano" nos tiene acostumbrados. Para la segunda parte fue Paula González (La Pupi), enóloga de Pyros, quien se acercó amablemente. Para aquellos que no lo sepan, Pyros es el proyecto que Bodega Salentein comenzó hace 15 años en el Valle del Pedernal para sus vinos de alta gama de San Juan.
Últimamente, he estado probando varios vinos de la bodega y debo reconocer que en general me gusta mucho su perfil. Los veo adecuados para un amplio espectro de consumidores y al mismo tiempo reflejan claramente el carácter de la región. Quiero destacar uno de los vinos que probamos en primicia, el Pyros Special Blend 21. Eduardo Álvarez, enólogo de Bodega Callia, también estaba presente y nos mostró dos etiquetas de la línea Contracara, elaboradas al 100% con uvas de la región.
La tarde estaba llegando a su fin y teníamos que regresar al hotel en San Juan, donde nos esperaban cinco productores. Debíamos acelerar el ritmo porque teníamos cerca de veinte vinos para catar previo a la cena. No podíamos extendernos demasiado porque al día siguiente nos esperaba otro madrugón y el destino era el Valle de Calingasta.
Juan Pablo Ripalta, junto con Milenko de El Cansao, Emiliano Lorenzo de Casimiro, Juan Camuñas de Finca Camuñas y Federico Rivero de Desfachatados, nos recibieron en el hotel. Federico fue una gran novedad para mí esa noche. Encuentro que sus vinos tienen una interpretación diferente que me llamó la atención, con cierta soltura y sutilezas como notas florales o herbáceas. Con Juan Pablo, El Cansao, Emiliano y Juancito, tengo una relación desde hace bastante tiempo y en líneas generales, sus vinos han ido creciendo año tras año, resaltando más la fruta y la frescura, algo que a veces no es fácil de encontrar en la región en la que se encuentran. Quiero destacar un Pedro Ximénez de cuerpo y frescura originario del Zonda de El Cansao y el Casimiro Bonarda de Tulum de Emiliano Lorenzo, quien me gusta especialmente cuando busca el perfil joven en sus vinos. En regiones más cálidas, si se busca un vino más corpulento, fácilmente se puede perder agilidad en el paladar, y eso es algo que no me atrae personalmente.
Estamos en la mitad del viaje, y creo que la foto está saliendo nítida porque me permite ver la diversidad, distinguir algunas regiones, comprender las diferentes perspectivas y sospechar que en la parte restante del viaje estas sensaciones se seguirán multiplicando.

Día III

El destino fue Calingasta. Recientemente, la RN149 que va desde San Juan ha sido mejorada, lo cual es una ventaja, ya que hace unos años era bastante complicada, según dicen. El camino ofrece belleza en todas las direcciones. Es genial que Willy esté conduciendo, así podemos relajarnos y poder observar con atención.
El Valle de Calingasta es estrecho y longitudinal, con aproximadamente 120 km de punta a punta. Siempre está bordeado por la cordillera. El punto más alto alcanza los 1.750 metros sobre el nivel del mar, mientras que el más bajo está a 1.350 metros sobre el nivel del mar. En el centro, se unen un río que viene del norte y otro que viene del sur, formando el Río San Juan hacia el este.
Llegamos por el norte y nuestra primera parada fue en Bodega del Carmen (BDC), donde nos esperaban Federico Isgro (también conocido por Proyecto Bira), quien se encarga de la enología, y su agrónomo Leito Ruiz. La bodega está adyacente a la casa de la familia, y la vista al viñedo y al Río Castaño es hermosa. No había imaginado que el lugar sería tan bonito. Lo primero que hice fue preguntarle a Pato, uno de los dueños, si se puede visitar regularmente. Me dijeron que sí, siempre y cuando se avise previamente. ¡Así que tomen nota!
Pasamos a degustar los vinos. Fede nos hizo probar una buena parte de los tanques, la mayoría de ellos de la cosecha 2023, así como algunas vinificaciones especiales. Fue un verdadero viaje. Además de comunicar muy bien, Fede tiene claro hacia dónde quiere ir. Si esto es solo su comienzo en BDC, no puedo ni imaginar hasta dónde llegará. Uno de los vinos ovacionados fue el "Torrontés Sanjuanino de Viñedos Centenarios". No solo lo elabora como un blanco tranquilo, sino que también está creando un passito, del cual pudimos probar por separado todos sus componentes criados en diferentes vasijas. No quiero profundizar más, porque el día es largo, pero el "viejito torro sanjuanino" seguía susurrándome al oído, y no me importa si algún "joven torro riojano" se pone celoso en este punto.
Tenemos dos fincas por delante: Cuuna y Bassin, ubicadas más al sur de ese extenso valle que describí, entre la cordillera y la precordillera. En la zona, hay varios parajes con diversas alturas, exposiciones y tipos de suelo, y dos tipos de viticultura: una con variedades criollas muy antiguas, como el torro sanjuanino que mencioné, y otra más nueva, surgida a partir de diferimientos impositivos que comenzaron a fines de los años noventa con otros cultivos como ajo y nuez, pero que con el tiempo, en torno al 2015, pasaron a tener plantaciones de vid y variedades como Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Dos mundos atravesados por un lugar y diversas perspectivas. Me entusiasma pensar en el futuro y el potencial que encierra esta mañana que apenas comienza.
Cuuna, ubicada en La Puntilla, es una finca que conozco desde hace tiempo a través de sus vinos. Daniel Pi, entre otros, elige las uvas de esta finca para su vino personal Irracional. Como Daní estaba de viaje, le pidió a Matías Macias (Finca Ambrosia), con quien comparte bodega en Luján de Cuyo, que nos recibiera. Otro productor que utiliza uva de este sitio es Gonzalo Mazzotta para su proyecto personal Inferno.
Una vez en la finca, aunque teníamos poco tiempo para recorrer, tuvimos la oportunidad de probar una decena de muestras pertenecientes a las añadas 2021, 2022 y 2023 de ambos productores. Tanto Dani como Gonza buscan estructura, cuerpo y crianzas más largas para sus vinos. Realizamos el ejercicio de probar las añadas de ambos al mismo tiempo y, a pesar de las muchas similitudes, como el origen de la fruta, se destacan notorias diferencias en los vinos, eso entusiasma.
De las añadas probadas, quiero resaltar la 2022 en ambos casos. Pi tiene un Cabernet Franc 2021 criado en foudre que creo que ya está para salir, a los cueveros les encantó. Por otro lado, de Gonza, algo que me entusiasmó mucho fue un Cabernet Sauvignon 2023 que seguramente tardará un par de años en estar listo para disfrutar.
Desde Cuuna, cruzamos el río Los Patos y nos dirigimos a otra finca llamada Finca Bassin, donde nos esperaba su dueña, Silvina Montalvo. Conocí Bassin porque "El Vasco" de Los Dragones, entre otros, utiliza uvas de allí. En esta ocasión, llegamos para probar el Sorocayo Malbec, el vino de Silvina. Es la tercera añada de este tinto que siempre me ha gustado, pero encontré su mejor versión en 2022, con sabores únicos que no había percibido en añadas anteriores cuando contaba con una leve crianza en barrica. La agronomía de la finca está a cargo de Pancho Bugallo (Cara Sur). Nos encontramos con terrazas un poco más altas que en Cuuna, a 1560/1600 metros sobre el nivel del mar. Los suelos aquí son particularmente profundos (limo arcilloso) y con una alta presencia de carbonato de calcio precipitado, lo cual es diferente a otras partes del valle. Estos suelos son el resultado de la combinación de sedimentos fluviales y aluviales. Recientemente, también plantaron algo de Pinot Noir y Cabernet Franc para ver cómo se adaptan, y próximamente harán lo mismo con Chardonnay.
Esa tarde, junto a Sil, se encontrarían Mariana Roldán (La Fortuna) y Jessica Slelatt (Florece), tres mujeres pequeñas productoras. Jessi no pudo viajar al encuentro, pero Mariana sí, ya que vive en Barreal. La conocía de un pequeño y antiguo proyecto cuando visité la región en 2016, pero esta vez nos mostró uno nuevo conformado por dos marcas: El Cruce y Zinnias. En esta última, hay otro torrontés sanjuanino interesante. Aunque no será el último del tour, lo destaco porque contribuye a la conclusión final.
Nuestro tercer día estaba llegando a su fin, y teníamos planeado evitar que nos sorprendiera la caída del sol en la finca, ya que es una zona donde las temperaturas suelen descender rápidamente. Sin embargo, debo reconocer que el clima que nos acompañó durante todo el viaje fue casi ideal, con días soleados y temperaturas agradables.
Ingresamos a la Posada A Crux en Barreal, y casi sin detenernos en las habitaciones, nos dirigimos al restaurante del lugar. A pesar de que aún no había sido inaugurado, su dueño, Oscar, amablemente nos lo cedió para las dos noches de cata.
El encuentro fue junto a Simón Tornello de 35.5, Luz Ossa y Pedro Pelegrina, dueña y enólogo de Entre Tapias (ET), respectivamente. Comenzaré por esta última, una bodega pionera en Barreal. Sabían? Al menos yo empecé a hablar de esta región recién en 2013 con los muchachos de Cara Sur, sin embargo, ET, fundada por el padre de Luz, realizó su primera vendimia en 2010. Probamos casi todos sus vinos y completamos la experiencia a la mañana siguiente, probando las muestras de tanques de la cosecha 2023. Se nota la solidez de una bodega con bastante trayectoria. Quiero destacar los vinos de 2023, me gusta ese perfil de vinos jóvenes y vivaces. Además, encontramos diversas versiones de Pinot Gris (PG). El rosado de 2023 cautivó a los cueveros! Me acordé de otro que siempre había tenido un buen PG: "El Juancito" Camuñas. Esta variedad rosada, que dependiendo de cómo se trabaje, puede dar una versión blanca, me parece un buen representante de "vino joven y directo" cuando pienso en la provincia.
Si ET ya era una bodega pequeña con 22.000 botellas al año, ¿Qué decir de Simón, que apenas produce 6.000 ? Un número reducido no solo de botellas, sino también de etiquetas(4). Entre las que me llamó la atención, un antiguo Torrontés sanjuanino que volvió a cautivarme, en este caso también proveniente de Hilario, que se maceró 4 días con pieles y crió 4 meses en barrica usada. Empiezo a reflexionar sobre la versatilidad de esta antigua variedad no solo para lograr diferentes tipos de vinos varietales, sino también cómo se puede adaptar en cortes. Por ejemplo, Simón también elaboró un corte de Bonarda con Torrontés, que también me pareció interesante, aunque percibí un toque herbal ligeramente excesivo.

Día IV

El domingo sería nuestro cuarto y último día en San Juan. En principio, dedicaríamos el día a dos productores amigos: "el vasco" Andrés Biscaisaque de Los Dragones y "el Pancho Bugallo" de Cara Sur. Tengo un aprecio especial por estos muchachos, ya que los he estado siguiendo desde 2013/14, cuando comenzaron con sus primeras elaboraciones. He sido testigo de cómo se han establecido objetivos y los vienen alcanzando.
El día comenzó en Los Dragones, una bodega nueva dirigida por "el vasco" pero en la que sus hermanos también participan. La bodega está rodeada de fincas, con tres hectáreas plantadas entre corredores biológicos. El objetivo de estos corredores es romper con el monocultivo típico y lograr un sistema más saludable y equilibrado en toda la finca, con suelos más vivos y una riqueza natural, nos explica el vasco.
Después de dar un tranquilo paseo por la finca con los imponentes cerros como testigos, ingresamos a la bodega, que ofrece una vista única. Luego pasamos a una galería donde probamos casi todo el portafolio de Los Dragones, que incluyó tanto novedades como verdaderas perlitas. Entre los vinos, encontramos algunos conocidos como Alfil Tinto/Alfil Clarete, que combinan bonarda con torrontés mendocino antiguo, logrando una integración muy armoniosa entre las variedades y en diversas e inversas proporciones. También pudimos probar vinos que combinaban diferentes parajes de Calingasta. Uno de los vinos que más me gustó fue el "Mayda 2021", que combina Malbec de Finca Bassin y de Ossa, una finca más al sur. En general, encuentro a los vinos cada vez con mayor claridad y precisión. Una verdadera joya fue la garnacha 2022, plantada cerca de la bodega. Parece ser la primera de San Juan y es excelente!, ¡Un debut impresionante con esta variedad! Otra perla fue el syrah que armaron junto con Guille Corona (Geografía del Vino) con uvas provenientes de Puchuzún, otro paraje al norte del valle, era redondo y delicioso. Mientras Guille Corona brindaba explicaciones sobre clima, región y suelos, uno se da cuenta de cuánto tenemos aún por aprender.
Corona, Mazzotta, el Vasco, el Fede Isgro, Mati Macias, Facu Impagliazzo (ex Ing. de Cobos) y algunos técnicos más forman un grupo hermoso de asado, truco y vino, con quienes coincidimos en parte de nuestro paseo, y que si viviéramos mas cerca me gustaría que me adopten.
Antes de encontrarnos con Panchito, hicimos una parada en "La Causa Food Trucks y Sidra" .Allí, Juan Asin y su compañera Manina nos esperaban con una increíble Carbonada que acompañamos con vinos de Los Dragones. Luego coronamos la comida con una sidra de elaboración propia llamada La Causa, producida por Juancito junto a Pancho Bugallo. A medida que nos acercábamos al final de nuestro tiempo en San Juan, sentíamos que el viaje estaba llegando a su fin, pero una sorpresa soñada hizo que la experiencia se elevara aún más.
Panchito nos guió con su camioneta hacia esos "antiguos tesoros" que se encuentran en Paraje Hilario, casi a mitad de camino entre Barreal y Calingasta. Allí se encuentran las fincas La Totora y Maggio, con más de 90 años de historia. La primera fue la que nos cautivó con su criolla chica, mientras que en la segunda es donde nació el histórico Cara Sur Tinto y esa selección de Parcela llamada Los Nidos.
Mientras recorríamos las fincas, degustábamos "Pérgolas tinto y blanco" bien refrescados en las copas de cristal que cada uno de los cueveros había llevado desde Buenos Aires. Estas copas resultaron ser herramientas fundamentales para disfrutar de cada una de las muestras degustadas.
De la antigua finca, nos dirigimos directamente a la nueva bodega. La idea era probar muestras de tanques de la cosecha 2023. Recuerdo cuando visité a Pancho en 2018 y aún elaboraba sus vinos en el garaje de la casa de sus padres. Ahora, la bodega Cara Sur ha crecido y se construyó en el terreno contiguo a dicha casa. En el ingreso, se está armando un Wine Shop y un pequeño restaurante.
Entre las muestras que probamos, hay mucho para destacar. Por un lado, me encantó el Cara Sur Tinto 2023, y también me pareció interesante un ejercicio que nos hizo hacer Pancho, comparando la textura y los taninos de la criolla chica respecto a otras variedades criollas.Y como ocurrió en la mayor parte del viaje, un torrontés sanjuanino volvió a destacarse. En este caso, se trata del Cara Sur Blanco 2023, elaborado sin pieles y resultó delicioso.
Con narices sutiles, algo austeras sobre todo si se lo compara con los riojanos, bocas con cierto carácter, de taninos delicadamente firmes y frescura, y que seguramente, el hecho de provenir de antiguos viñedos también debe sumar mucho, sobre todo en la complejidad y en la buena evolución en botella. Esa es mi impresión del torrontés sanjuanino antiguo hoy, y por ello, lo venimos elogiando tanto!
Nuestro plan original era terminar la jornada en la bodega Cara Sur, pero para nuestra sorpresa, cuando invitamos a cenar a Panchito, además de aceptar, llegó con la heladera completa de botellas. Eran varias más que el portfolio completo.
No voy a hablar tanto de los vinos, prefiero destacar la visión que tuvieron Pancho y sus tres compañeros de equipo para detectar hace más de 12 años el potencial de esa región y el valor de esas antiguas fincas. Cada año que pasa, me lo confirman más. Las sorpresas van desde un rosado 2018 hasta la primera magnum de Los Nidos, o el nuevo Parcela El Duraznero 2021 próximo a salir. Cuando probamos los tres parcelas (Los Nidos, El Duraznero y La Totora), ingresamos a otro plano. En ese momento, Pancho resalta la importancia de la selección minuciosa de granos. Claramente todo tiene que ver con todo. Pruebo Los Nidos 2023, la emoción me inunda.
Durante la cena, antes de degustar los vinos de Cara Sur, nos encontramos nuevamente con Leito Ruiz, un pequeño productor que también da clases de viticultura en un instituto técnico agropecuario de Barreal. Él nos presentó su proyecto "La Baguala", que viene elaborando desde 2011, considerándose una producción artesanal, ya que apenas produce 14.000 botellas al año. Nuevamente, el torrontés sanjuanino se destacó en sus etiquetas, combinado con malvasía en un naranjo, y elaborado como pet nat junto a la malvasía y un sauvignon blanc de finca propia.
Pero Leito no estaba solo, y quiso compartir "el escenario" junto a Juan Pablo Beltramino, otro productor de Barreal, pero de quesos de cabra; su marca se llama "Quesos Yllia", disfrutamos de un Untable, un tipo Crottin, Feta y un "Dario", este último es especial porque fue elaborado en honor al Cerro Mercedario, es un semi duro con una maduración de 90 días, y ahumado de manera artesanal. Que lindo que combinan estos quesos con el torro sanjuanino y el pet nat de Leito!
Admiro y apoyo a pequeños productores como Leito y Simón, que están comenzando sus caminos y en esa búsqueda constante de crear vinos especiales. Creo que solo es cuestión de tiempo hasta que logren ajustar algunos detalles y encuentren su estilo distintivo.
A la mañana siguiente, nos despediríamos de San Juan, pero el viaje continuaría con momentos destacados. Desde que pensé en terminar en Barreal, siempre tuve en mente regresar por Estancia Uspallata en Mendoza para visitar sus viñas, y gracias a la amabilidad de "el colo" Sejanovich y Jeff Mausbach, quienes nos esperaron temprano para recorrer ese lugar especial del cual salen vinos tan únicos."
Regreso a San Juan para concluir esta nota, hablando sobre las sensaciones que surgieron de la extraordinaria experiencia que denominamos #LaCuevaVisitaSanJuan
2023, utilizando ese hashtag para comunicarlo en las redes sociales.
Antes de llegar a algunas conclusiones y compartir opiniones personales, me gustaría reflexionar un poco sin dejar de ser autocrítico. Después de analizar todo el recorrido y el tiempo que dedicamos a cada zona, creo que quizás deberíamos haber explorado un poco más a fondo Tulum. Considerando que es, sin duda, la zona más productora, en nuestra próxima visita seguramente nos adentraremos más en ella, ya que en esta ocasión el tiempo nos limitó.
En primer lugar, fue gratificante encontrar una gran camaradería entre los productores del mismo valle o zona durante nuestro recorrido en San Juan. Sin duda, esta camaradería puede ser un factor clave para continuar creciendo en calidad.En línea con eso, me parecería una buena idea crear un grupo itinerante de técnicos locales dispuestos a probar los vinos de todos los productores de San Juan. Este tipo de intercambio de opiniones y retroalimentación puede impulsar el desarrollo. El hecho de que todos prueben los vinos de todos, compartiendo conocimientos y experiencias, colaboraría en seguir descubriendo nuevas técnicas y enfoques. Un ejemplo positivo de cómo el intercambio entre técnicos ha impulsado el avance en los vinos es el caso de los técnicos de los Valles Calchaquíes. Esa colaboración pudo generar un gran avance en esa región, y es probable que algo similar también pueda ser beneficioso para San Juan si lo aplican.
A medida que los productores profundicen en la comprensión de las particularidades de sus terroirs, podrán reflejar mejor esas características en sus vinos. Además, reconocer y distinguir las diferentes características de los vinos dentro de la misma provincia es un paso importante hacia la diversidad y la identidad propia de cada lugar. Como sabemos, en el mundo del vino, todos los procesos llevan tiempo, pero iniciativas como el intercambio de opiniones entre los productores podrían acelerar ese proceso.
Afortunadamente, se está percibiendo un crecimiento en el turismo en todos los valles de San Juan. Pero para que este crecimiento sea realmente efectivo y beneficioso, es fundamental contar con buenas rutas y caminos que faciliten el acceso a estas regiones.
Durante una conversación sobre este tema con Guille Corona, se mencionó la importancia de habilitar y mejorar la RN153, una ruta que une Pedernal con Calingasta. Esta ruta, aunque no muy extensa, podría ser clave para conectar cómodamente todos los valles productivos en un recorrido de 360 grados.
El recorrido propuesto sería desde San Juan a Calingasta por la RN149, de Calingasta a Barreal por una ruta ya conocida debido a nuestro viaje a la cueva, de Barreal a Pedernal por la RN153, y finalmente, de Pedernal a San Juan utilizando la ruta que recorrimos durante nuestra visita.
Esta conexión vial permitiría a los visitantes recorrer de manera más fácil y accesible todos los valles productivos de San Juan, disfrutando de sus paisajes, bodegas y vinos en un recorrido completo. Además, facilitaría la promoción del turismo en la región, acercando a viajeros interesados en descubrir la diversidad vitivinícola de la provincia.
Para seguir comunicando los vinos de San Juan, pensando en el consumidor final, es de gran importancia organizar eventos tipo ferias con productores en diversas ciudades claves de nuestro país. Estas ferias brindarían la oportunidad de dar a conocer la diversidad y calidad de los vinos de la región.
Además, me parecería interesante la realización de catas periódicas cada 2 años, dirigidas a periodistas especializados, comerciantes y comunicadores. Estas catas tendrían como objetivo presentar un resumen en vinos de la actualidad de la provincia, destacando sus distintas regiones, estilos y viticulturas. Para ello, con una selección de 25 a 30 muestras bien representativas seria suficiente estimo, las mismas lógicamente deberían ser presentadas por sus hacedores.
Es importante destacar que la comunicación individual de cada productor es igual de importante. Las redes sociales desempeñan un papel fundamental; tanto Facebook, Instagram como Twitter son herramientas indispensables para llegar a diferentes consumidores. Es fundamental apuntar constantemente a todas estas plataformas, y aunque los resultados a veces no sean inmediatos, la constancia en la comunicación es fundamental. Además, es esencial que la comunicación en estas redes refleje la participación directa de los propios protagonistas, ya que los consumidores valoran el contacto cercano con los productores.
En lo personal, quiero compartir que este viaje fue especialmente significativo porque lo realicé junto a un increíble grupo de cueveros que se manejaron de manera impecable.
Además, tuve el placer de disfrutar de la degustación de 160 vinos junto a Nancy, mi compañera, quien hace 25 años no solía beber vino, y hoy poder compartir esta pasión con ella fue una experiencia única para mí.
También quiero agradecer enormemente el apoyo de Nico Orsini y Ángel Ramos, quienes me han acompañado en esta nueva aventura y han brindado su colaboración incondicional en su desarrollo de la misma. Tampoco puedo dejar de mencionar a Felipe Azcona, Marcelo Onofri, el Vasco Andrés , Daniel Pi y Guille Corona, quienes me brindaron valiosa información previa para una buena organización.
Estoy infinitamente agradecido a todos!


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