"Doce vinos catados y seis recomendados"

Una nueva reunión con amigos, una docena de botellas y un par de horas para chequear qué tienen para contarnos. Algunas sólo nos gritaron “madera”, a otras el tiempo evidentemente no las benefició. Me detendré únicamente en las que fueron de mi mayor agrado.

Inéditos Semillón Hulk 2012 (Unfiltered) – Passionate Wine

El primer 2012 que bebo de un Michelini que sigue rompiendo reglas. En un mercado que suele premiar el aspecto, color y brillantez del vino, a Matías todo eso debe importarle poco porque aterriza con un blanco de aspecto turbio: un vino sin filtrar. Sorprende su intensidad aromática en nariz, donde las frutas como pera y ananá son protagonistas, y en un segundo plano aparecen aquellos aromas minerales (y algo de lima) que me traen el recuerdo de su primo mayor, el Agua de Roca. En boca, la acidez sostiene todo. Lo imagino más para beberlo solo, es decir, sin la compañía de ningún alimento. A diferencia de otros blancos, algo que percibí, y luego confirmó Matías, es que con el tiempo en botella este blanco sí ganará en complejidad de aromas.

Nemetum Merlot 2011 (Maldonado - Uruguay)

Sólo dos fueron las hectáreas de Merlot que hace siete años mi amigo Cristian Martínez plantó en la Sierra de las Ánimas, a 13 km de la costa atlántica uruguaya. A pesar de que son sus primeros frutos, dieron un vino que me encanta. Todos estos años fui testigo de cómo Cristian mimó sus viñas y comenzó a lograr uno de sus objetivos principales: elaborar un vino que pueda expresar Sierra de las Ánimas de la manera más franca. Digo “comenzó” porque año a año irá cumpliendo mejor su cometido; de hecho, los resultados de la reciente cosecha 2012 siguen superando las expectativas.

En nariz, se va expresando de a poco hasta llegar a un punto de intensidad media. En boca, con ataque seco, de perfil herbáceo y especiado; la fruta y la sutil madera están sosteniendo en un segundo plano. Un vino franco, bebible, muy gastronómico, con tipicidad varietal y que mes a mes se irá redondeando. Entre otras tantas cosas, me susurra que el proyecto Nemetum es el comienzo de una larga historia, el sueño de un amigo, timoneado enológicamente por la reconocida Estela de Frutos.

Collovati Malbec 2008 (Valle de Famatina - La Rioja) ($ 100)

Este vino es el proyecto personal de Javier Collovati, a quien conocíamos por su trabajo en Bodega La Puerta. Se trata del producto de sólo cuatro hectáreas, con una crianza de 12 meses de barrica y 12 meses de botella.

Creo que es un vino que quedó algo deslucido en la degustación. Uno piensa en un malbec de este segmento y espera que explote en aromas y potencia, pero no necesariamente debe ser siempre así. En éste encontré una vivacidad y unos herbáceos sutiles que me encantaron y fueron creciendo de a poco; no explota pero tiene un paso sostenido y equilibrado que completa la cavidad bucal. Ideal para disfrutar la botella entera, porque momento a momento sus matices van mutando lentamente. Me animo a confirmar esto último porque hace poco volví a tomarlo pero con entera dedicación. 

Lamadrid Single Vineyard Reserva Cabernet Franc 2010 ($ 66)

No es novedad que el Cabernet Franc (CF) es uno de los buenos logros de esta línea; con las notas herbáceas que caracterizan al varietal, sabroso y equilibrado en su paso por boca. Los amantes de esta cepa no deben dejar de probarlo. Para quienes aún no descubrieron el CF, es bueno comenzar con éste, ya que el estilo frutal, ancho y goloso que le imprime su enólogo Héctor Durigutti es un buen pasaporte para seducir fácilmente los sentidos.

De su hermano Pablo Durigutti, también bebimos, pero de otra bodega, el Sur De Los Andes Malbec Premium 2010 ($ 60), también Single Vineyard de Agrelo, con seis meses de roble francés. Me hizo recordar al estilo del anterior, con una fruta plena en boca, jugoso y también equilibrado. Este aspecto me parece importante: un vino redondo y que también puede gustar fácilmente.

Para terminar, probamos el Sophenia Brut Nature, un charmat de Chardonnay y Semillón de Tupungato, que reposó un tiempo sobre lías. Es la segunda vez que lo bebo y me agradó bastante más que la primera vez. Quizás se deba a mi cambio de percepción, o a las pocas semanas en botella que ya le hicieron muy bien a este espumante. La única forma de darme cuenta será abrir otra a la brevedad. Lo percibí de marcada acidez, muy aromático, sabroso y con una personalidad especial.