"Un Michelini de pura cepa"

El pasado 17 de abril, justo el Día del Malbec, Juan Pablo Michelini (enólogo de Zorzal Wines) pasó por la “Ciudad de la Furia”, y esta vez no trajo en su mochila botellas de vino, sino un nutrido “racimo” de canciones.
Organizado por los amigos de Ozono Drinks, además de mantel negro y copones, la vinoteca se lookeó con amplificador, viola y bajo. Creo que eran cerca de las 19:30 hs cuando “el Juampi”, acompañado en las cuatro cuerdas por Arielito (también bloguero y loco por el vino), comenzó a deleitarnos con un lindo popurrí de clásicos que fueron desde Pink Floyd, U2 y Beatles hasta Soda Estéreo, pasando por Pappo Blues, Vox Dei y Spinetta.
Entre tema y tema, nos adelantó jugosos detalles de la reciente cosecha y el motivo de la selección del repertorio. De más está decir que mientras todo esto acontecía Martín de Ozono descorchaba lo siguiente:


Zorzal Sauvignon Blanc 2011 ($ 52)
Un SB con tipicidad (herbáceos y cítricos), y una marcada nota mineral que con el correr del tiempo en botella pareciera que se va acentuando. Un blanco para quienes disfrutan especialmente de esta cepa y de los vinos hiperfrescos. Un buen dato: parte del nuevo SB 2012 (aproximadamente 20%) fue vinificado en los huevos de cemento (foto 2), y según Juampi los resultados fueron más que satisfactorios. Pronto lo comprobaremos.


Zorzal Malbec 2010 ($ 52)
Moderado en aromas, con notas a piedra o mineral que son coprotagonistas con la fruta. En boca se presenta franco, la mineralidad se traduce en frescura y su ataque es seco. Me deja una sensación de saborear un hollejo (piel de la uva), pero atención: es atractivo. Su textura me hace pensar en un cabernet. Si lo comparara a ciegas con diez malbec mendocinos del mismo segmento, estoy seguro de que se diferenciaría por su personalidad especial. Los suelos de Gualtallary y la negación a la fruta sobremadura de los Michelini lo condujeron hasta un lugar que cada día me gusta más.


Zorzal Malbec Reserva 2009  ($95)
Era la cepa que tenía pendiente de probar de la linea Reserva, y por lo visto mantiene la misma buena calidad que el resto de los varietales.
Proviene de los primeros viñedos plantados (14 años) en la joven y mimada Gualtallary. 
Es expresivo, equilibrado, posee presencia de la madera, una fruta sabrosa, y da mucho placer beberlo.



Zorzal Field Blend 2010 ($ 95)
Desde el primer contacto con este vino lo percibí un tanto diferente a su añada anterior: una fruta más presente (algo más madura de lo habitual), una madera acompañando correctamente y un poco más atrás aquellos vegetales y herbáceos que habían sido tan atrevidos en la 2009, que ahora asoman pero con timidez. Inclusive en boca lo encontré bastante listo para beber, a diferencia de la añada anterior.
Al compartir mis apreciaciones con Juampi, me confirmó que en esta nueva versión el corte es 50% cabernet sauvignon y 50% malbec, mientras que en la añada anterior había sido 75/25.


Climax Malbec 2008 ($ 290)
Es el cuarto tinto de la noche y cuántas cosas en común que encuentro entre los cuatro. Mantiene las notas minerales y una fruta muy atractiva que se expresa con profundidad y nitidez; la intensidad aromática no explota pero tampoco decae en ningún momento. Para ilustrarlo de otra manera, imaginen a esas personas que se expresan con claridad, que son pausadas al hablar, que tienen un vocabulario rico pero fácilmente entendible, que no van a sobresalir en una reunión masiva, pero cuya charla mantiene la atención de todos y genera mucho placer. Así es el Climax Malbec, no es para “concurso” porque no te va a atropellar, pero tampoco te va a aburrir. Te va a tener atento hasta la última gota.


Cerramos con el exquisito Alma Cuatro Pinot Rosé 2007 de Familia Zuccardi, porque Zorzal no tiene espumante por ahora, pero ya se rumorea para un futuro un Brut Nature Pinot/Chardonnay.
Luego de charlar con Juampi y conocerlo un poco más, sigo confirmando cuánto tienen que ver sus vinos con su personalidad. Esa paz que transmite a cada momento, combinada con su pasión y una pizca de locura de la buena, son los sellos que se necesitan para ser un Michelini de pura cepa.