viernes, 7 de julio de 2023

#LaCuevaVisitaSanJuan 2023

 



La Cueva Visita San Juan 2023

Si bien San Juan, con el 18% de la producción, es la segunda provincia productora de vinos más importante después de Mendoza, cuando pienso en las etiquetas de vinos que suelo probar y discutir con mis colegas, no creo que tenga el mismo protagonismo que tiene a nivel nacional con ese porcentaje.
En general, en mi radar, Mendoza ocupa la mayor parte, seguida por una porción considerablemente menor del norte argentino, San Juan y la Patagonia en menor medida, y el resto de las regiones con una presencia mínima pero suficiente. Dentro de este último grupo se encuentra Córdoba, que posiblemente se despegue en cualquier momento, ya que su crecimiento en los últimos años ha sido constante.
¿Por qué San Juan, al menos desde mi perspectiva, no tiene el protagonismo que reflejan las estadísticas?
Una posible respuesta podría ser que gran parte de la producción se destina a vinos de mayor volumen y menor precio, los cuales no suelo buscar con frecuencia. Otra explicación podría ser que parte de esa producción se utiliza para abastecer bodegas en otras provincias y no se declara, o bien para vinos de traslado. Estas podrían ser algunas de las razones, pero no tengo datos que lo confirmen.
Sin embargo, lo importante ahora es que, desde mi humilde posición, he comenzado a percibir un crecimiento en la provincia, al menos en el tipo de vinos que más me interesan. Además de descubrir nuevas etiquetas y escuchar hablar más sobre diferentes regiones, puedo distinguir vinos con perfiles diversos, y observar como algunas grandes bodegas indican en sus etiquetas si la uva proviene de una región específica de la provincia. Estas son todas señales positivas que indican que algo está cambiando.
Hace algunos años no hubiera considerado a San Juan como un destino para mi tour de vinos de la cueva; efectivamente desde el 2016 lo hice en reiteradas veces con destinos como Mendoza y los Valles Calchaquíes, esos viajes fueron reconocidos en las redes como #MrWinesTour.
Pero en este año 2023, sentí que era el momento de explorar los vinos de la provincia y capturar como me gusta decir la primera foto panorámica, porque estoy seguro de que cuando tome la segunda en tres o cuatro años, todo será aún mucho mejor.
Es importante mencionar que todas las conclusiones que compartiré será simplemente la opinión de un pequeño vendedor de vinos de Buenos Aires, que reunió a 26 entusiastas del vino y en solo 4 días se entrevistó con 27 productores de la provincia. En el recorrido se visitaron 13 fincas distribuidas en diferentes valles (Ullum, Tulum, Zonda, Pedernal y Calingasta) y se probaron mas de 160 vinos. Además, continuamente intercambiamos nuestras apreciaciones entre los 26 compañeros de viaje.
¿Por dónde empiezo? La lista de vinos es larguísima y la de regiones más acotada. Intentaré resaltar algunas cuestiones sobre cada una de ellas, relacionándolas con los productores entrevistados. Y si alguien duda de mi fórmula (4x27x160), es importante que sepa que, en los casos en que no teníamos tiempo durante el día para visitar a los productores, los convocábamos por la noche en nuestro hotel para charlar y probar sus vinos. Las previas de nuestras cuatro cenas se convirtieron en catas. Coincidieron en esos encuentros siempre pequeños productores.

Día I

El recorrido incluyó Ullum, Tulum y Zonda. Nos acompañó Marcelo Onofri como guía. La primera parada fue en 907 Wines, una hermosa bodega que está a punto de inaugurar. Además de ser productores de uva, Marcelo se encarga de la enología. Les recomiendo visitar este lugar cuando esté listo, la vista, la arquitectura y el diseño están en armonía con los vinos, que han tenido un excelente comienzo para ser un proyecto nuevo.
La segunda parada fue en Tulum, donde visitamos Merced del Estero, una bodega con varios años de historia. A pesar de tener una amplia y sólida selección de vinos, pudimos probar algunas muestras más innovadoras del 2023. Esto demuestra su intención de prestar atención a las demandas del mercado y cautivar a nuevos consumidores. Utilizan principalmente la fruta de su propio viñedo, ubicado frente a la bodega. Para algunos de sus vinos de gama alta, combinan esa fruta de Tulum con uvas de El Pedernal. Marcelo también es el enólogo y está en ese cargo desde hace 22 años.
Nuestra última visita fue a Bodega Xumek (BX) en Zonda, también a punto de inaugurar y con una extensión de terreno considerable. Su dueño, Ezequiel Eskenazi, nos recibió y nos contó sobre la propuesta que están desarrollando para el turismo, tiene que ver con una reserva natural, donde integra los viñedos con la flora y fauna autóctona, y un parque temático con esculturas de importantes artistas plásticos argentinos, todo a gran escala. Me vino a la mente Bodega Colomé, donde la visitan tanto el turismo del vino como los interesados en el arte, seguro será una propuesta única que cuando esté lista sumará mucho a la región.
Xumek cuenta con una finca especial llamada "Paraje La Ciénaga" (PLC), ubicada a 1400 metros sobre el nivel del mar. Lamentablemente, no pudimos visitarla debido a la falta de tiempo, aunque su enólogo, Daniel Ekkert, me había insistido en que conociera ese lugar. Debido a su clima muy frío y su entorno natural, esta finca posee condiciones únicas que contribuyen a producir vinos muy especiales. Desde la cosecha del 2022, todos los vinos de Xumek provienen de PLC, y desde el 2021, ya vinifican en su nueva bodega, ya que antes lo hacían en una bodega externa. Con esos dos avances, me animo a decir que debemos prestar atención a los futuros vinos de BX. Probamos algunos Malbec y Syrah del 2023 en tanques, y nos sorprendieron gratamente!
Lamento tener que ir un poco rápido, pero esa noche teníamos tres productores esperándonos con sus vinos. Marcelo Onofri, en esta ocasión nos presentó su proyecto personal Violinista Wines, etiquetas bastante reconocidas por los cueveros. Gran parte de las uvas que utiliza provienen de Tulum, una zona naturalmente más cálida. Marcelo suele trabajar con dos puntos de cosecha para lograr diversos componentes, que luego mezcla para obtener frescura con el aporte del más temprano, lógicamente. Para su Cabernet Franc Gran Reserva, utiliza uvas 100% de Pedernal. El segundo expositor fue Nico Ferreyra de "Tres Pira 2", quien presentó dos etiquetas con uvas provenientes de Calingasta y La Ciénaga (Zonda). Encontré sus vinos con un perfil fresco y algún recuerdo a hierbas. Creo que es un proyecto muy nuevo y veo un buen comienzo en su propuesta. El último de la noche fue Ricardo Roma, enólogo de "San Juan de la Frontera", un portfolio que combina uvas de Tulum y Pedernal, con un estilo algo más clásico y sospecho que mas enfocado al mercado externo.
Dejaré más conclusiones al final de la nota. Nuestra cena terminó cerca de la medianoche, y la segunda jornada nos citaba a las 8 AM en la combi de "Willy el Picante", el conductor de los cueveros. Nuestro destino sería el Valle del Pedernal, y el tiempo estimado de viaje sería de aproximadamente dos horas y media.

Día II

A las 10:30 AM, nos encontramos con Pablo Gómez Sábatie, ingeniero agrónomo a cargo de Fuego Blanco (FB), el proyecto de la Familia Millan (MDZ) en San Juan. Nos acompañó Felipe Azcona de Elefante Wines (EW), y aunque desde San Juan son 90 km, la última parte del camino tuvimos que recorrerla a baja velocidad debido a las condiciones del ripio.
Con una introducción impecable de Pablo sobre la región, probamos todo el portafolio de vinos de FB. En general, encontramos una frescura adicional en comparación con los vinos que probamos el día anterior. Aunque Pedernal suele producir vinos con mucho carácter, concentración natural y una mezcla que combina hierbas con cierto toque salvaje, encontré que varios de ellos eran más moderados en intensidad y lograban ciertas sutilezas que me encantaron. Vale la pena destacar que próximamente lanzarán un vino de alta gama llamado Elodia, un Malbec 2019 proveniente de una viña en cabeza con rendimientos muy bajos. Es un vino que tiene mucho que decir en boca a través de su fina textura y creo que dará mucho que hablar.
Hay un vino que no fue probado en el viaje, porque la bodega que lo produce se encuentra en Mendoza, pero lo elabora precisamente con fruta proveniente del viñedo de FB. Es el BenMarco Sin Limites El Pedernal de Susana Balbo Wines, en mi opinión siempre un gran representante de la región y de la belleza del paisaje que terminábamos de visitar. La elaboración de esa línea de vinos esta a cargo de Edy del Pópolo; no quería dejar de mencionarlo, porque además fue Edy el viticultor que en el año 2013 la familia Millán contrató para el armado de la misma.
Como anticipamos, el viernes nos esperaba el "Pedernal Full Day". Nuestra segunda parada fue en una finca vecina llamada "La Yesca", donde nos esperaba Juan Ignacio Arnulphi, enólogo de Finca Las Moras, y su equipo técnico. No escatimaron en brindarnos información sobre la finca, su armado, y todos los detalles previos a la degustación de los vinos que actualmente están a la venta. Entre mis favoritos se encontraron el Demencial Pinot Noir(PN) 2022, que combina una crianza de foudre y concreto, y anduvo muy bien! Tengo en el radar tres PN del Pedernal hasta ahora, todos buenos exponentes, interesante que esa variedad que nos seduce tanto, también se pueda desarrollar bien en este terroir tan especial. Otro al que le disparé elogios fue el Paz SB 2022, un blend de tres cuarteles con perfiles diversos. También me había gustado mucho el Sauvignon Blanc de FB, y recuerdo que Elefante, el próximo productor con quien nos reuniríamos, también tenía un Sauvignon Blanc 22 excepcional. Tomé nota de todo ello, aunque es importante mencionar que esta cepa no suele enamorarme, ya que los aromas primarios cuando son muy intensos tienden a cansarme.
A pocos metros, nos esperaba Finca El Durazno, también conocida como "La Pepsi", es la más antigua del Pedernal. Hace casi 30 años, dos ingenieros, uno de ellos Tomás Hughes (Padre), plantaron variedades tintas de ciclo largo en esta zona en particular tan fría. Hoy en día, hablamos de este lugar por lo especial de sus condiciones, y con 300 hectáreas de viñedos plantados, dentro de un área adquirida de 44000 has, debemos reconocer que son verdaderos pioneros si consideramos el mapa de los vinos de alta gama argentinos de aquel entonces. No dudé en contactar a Tomás para que nos cuente un poco sobre los inicios de esta aventura. "Cuando llegué a Pedernal, me enamoré inmediatamente", dice Tomás. "Sus condiciones me recordaron a algunas zonas de mayor altitud en el Valle de Uco: suelos pobres y un clima frío. Para evitar las heladas, decidimos ubicar las vides en las laderas empinadas de los cerros, mientras que en las áreas más bajas plantamos nogales, ya que estos brotan aproximadamente un mes más tarde".
De aquellas hectáreas originales, con el tiempo adquirieron terreno para sus fincas: Salentein, Peñaflor y Familia Millán.
Volviendo a la finca, históricamente se caracterizaba por proveer uvas a grandes bodegas, que las utilizaban en sus producciones. Desconozco cuál era su destino final o las etiquetas específicas, ya que tampoco se comunicaba mucho al respecto.Sin embargo, con el tiempo, Felipe y su compañera Juliana Rauek de EW, lograron conseguir algunas hileras o pequeñas parcelas para vinificar, y a través de esas acotadas producciones, pudimos empezar a ver reflejada la personalidad de este lugar en sus vinos.
Desde hace un par de años, he estado siguiendo a Elefante y realmente me gusta lo que hacen, tanto en términos de elaboración como de comunicación. Han sabido adoptar la identidad de la región, lo cual considero muy importante en mi opinión. Durante este viaje, pudimos probar algunos vinos en primicia, y destacó un rosado de Merlot que fue excepcional, así como el Pinot Noir 22 y Malbec 21 no se quedan atrás tampoco.
Cuando visitamos El Durazno, estaban presentes el ingeniero Marcelo Bernal y Diego Artigas, este último es el enólogo me comentó que en 2023 habían realizado cuatro microvinificaciones de Malbec provenientes de diferentes sectores, y se comprometió a compartirlas con los "cueveros" para seguir comprendiendo el potencial del lugar.
El tiempo es tirano, tanto en el viaje como en esta entrada del blog que parece estar siendo bastante extensa. Aún nos quedaba una última parada en Graffigna Yanzon (GY), una finca, posada y bodega, un lugar hermoso para hospedarse en Pedernal (anotálo en tu agenda). Allí cerquita hay otro lugar llamado "La Guarida del Malbec" que también ofrece alojamiento, una pequeña viña y vinos, pero no tuvimos tiempo de visitarlo en este viaje. Sin embargo, varias etiquetas que probamos se proveen con uvas de allí, como Camuñas con Paco Puga, quien está por lanzar su segunda añada de "San Juan por mi Sangre", y el Malbec Gran Reserva 2020 de J.P. Ripalta, que también probamos y se encuentra en un gran momento.
Volviendo a GY, allí nos esperaba Santiago Graffigna. Además de mostrarnos el lugar, nos contó la interesante historia de su familia en la región. Probamos sus vinos Don Duilio, que tienen un estilo algo más clásico, y se venden principalmente en la posada, donde, por cierto, disfrutamos de una deliciosa comida.
Aprovechamos el ambiente acogedor en GY para programar dos degustaciones más, la primera la de un proyecto muy pequeño llamado Valdencanto, y la segunda la de una marca muy reconocida como es Pyros, que desde sus inicios ha promovido siempre la región gracias a la comunicación y calidad de sus vinos. Como mencionamos al principio del viaje, todos conviven en esa foto panorámica que estamos armando.
Valdencanto utiliza frutas de la finca de GY y de una finca vecina para elaborar sus vinos. La enología está a cargo de Giuseppe Franceschini, y uno de los socios del proyecto, Santiago, fue quien nos presentó sus vinos. Tienen muy pocas etiquetas y todas son producciones muy limitadas. Destacó un corte de blancas co-fermentadas, que se encontraba en un gran momento y seguramente tendrá una larga vida en botella. Para que se hagan una idea, está a la altura de los blancos a los que "el tano" nos tiene acostumbrados. Para la segunda parte fue Paula González (La Pupi), enóloga de Pyros, quien se acercó amablemente. Para aquellos que no lo sepan, Pyros es el proyecto que Bodega Salentein comenzó hace 15 años en el Valle del Pedernal para sus vinos de alta gama de San Juan.
Últimamente, he estado probando varios vinos de la bodega y debo reconocer que en general me gusta mucho su perfil. Los veo adecuados para un amplio espectro de consumidores y al mismo tiempo reflejan claramente el carácter de la región. Quiero destacar uno de los vinos que probamos en primicia, el Pyros Special Blend 21. Eduardo Álvarez, enólogo de Bodega Callia, también estaba presente y nos mostró dos etiquetas de la línea Contracara, elaboradas al 100% con uvas de la región.
La tarde estaba llegando a su fin y teníamos que regresar al hotel en San Juan, donde nos esperaban cinco productores. Debíamos acelerar el ritmo porque teníamos cerca de veinte vinos para catar previo a la cena. No podíamos extendernos demasiado porque al día siguiente nos esperaba otro madrugón y el destino era el Valle de Calingasta.
Juan Pablo Ripalta, junto con Milenko de El Cansao, Emiliano Lorenzo de Casimiro, Juan Camuñas de Finca Camuñas y Federico Rivero de Desfachatados, nos recibieron en el hotel. Federico fue una gran novedad para mí esa noche. Encuentro que sus vinos tienen una interpretación diferente que me llamó la atención, con cierta soltura y sutilezas como notas florales o herbáceas. Con Juan Pablo, El Cansao, Emiliano y Juancito, tengo una relación desde hace bastante tiempo y en líneas generales, sus vinos han ido creciendo año tras año, resaltando más la fruta y la frescura, algo que a veces no es fácil de encontrar en la región en la que se encuentran. Quiero destacar un Pedro Ximénez de cuerpo y frescura originario del Zonda de El Cansao y el Casimiro Bonarda de Tulum de Emiliano Lorenzo, quien me gusta especialmente cuando busca el perfil joven en sus vinos. En regiones más cálidas, si se busca un vino más corpulento, fácilmente se puede perder agilidad en el paladar, y eso es algo que no me atrae personalmente.
Estamos en la mitad del viaje, y creo que la foto está saliendo nítida porque me permite ver la diversidad, distinguir algunas regiones, comprender las diferentes perspectivas y sospechar que en la parte restante del viaje estas sensaciones se seguirán multiplicando.

Día III

El destino fue Calingasta. Recientemente, la RN149 que va desde San Juan ha sido mejorada, lo cual es una ventaja, ya que hace unos años era bastante complicada, según dicen. El camino ofrece belleza en todas las direcciones. Es genial que Willy esté conduciendo, así podemos relajarnos y poder observar con atención.
El Valle de Calingasta es estrecho y longitudinal, con aproximadamente 120 km de punta a punta. Siempre está bordeado por la cordillera. El punto más alto alcanza los 1.750 metros sobre el nivel del mar, mientras que el más bajo está a 1.350 metros sobre el nivel del mar. En el centro, se unen un río que viene del norte y otro que viene del sur, formando el Río San Juan hacia el este.
Llegamos por el norte y nuestra primera parada fue en Bodega del Carmen (BDC), donde nos esperaban Federico Isgro (también conocido por Proyecto Bira), quien se encarga de la enología, y su agrónomo Leito Ruiz. La bodega está adyacente a la casa de la familia, y la vista al viñedo y al Río Castaño es hermosa. No había imaginado que el lugar sería tan bonito. Lo primero que hice fue preguntarle a Pato, uno de los dueños, si se puede visitar regularmente. Me dijeron que sí, siempre y cuando se avise previamente. ¡Así que tomen nota!
Pasamos a degustar los vinos. Fede nos hizo probar una buena parte de los tanques, la mayoría de ellos de la cosecha 2023, así como algunas vinificaciones especiales. Fue un verdadero viaje. Además de comunicar muy bien, Fede tiene claro hacia dónde quiere ir. Si esto es solo su comienzo en BDC, no puedo ni imaginar hasta dónde llegará. Uno de los vinos ovacionados fue el "Torrontés Sanjuanino de Viñedos Centenarios". No solo lo elabora como un blanco tranquilo, sino que también está creando un passito, del cual pudimos probar por separado todos sus componentes criados en diferentes vasijas. No quiero profundizar más, porque el día es largo, pero el "viejito torro sanjuanino" seguía susurrándome al oído, y no me importa si algún "joven torro riojano" se pone celoso en este punto.
Tenemos dos fincas por delante: Cuuna y Bassin, ubicadas más al sur de ese extenso valle que describí, entre la cordillera y la precordillera. En la zona, hay varios parajes con diversas alturas, exposiciones y tipos de suelo, y dos tipos de viticultura: una con variedades criollas muy antiguas, como el torro sanjuanino que mencioné, y otra más nueva, surgida a partir de diferimientos impositivos que comenzaron a fines de los años noventa con otros cultivos como ajo y nuez, pero que con el tiempo, en torno al 2015, pasaron a tener plantaciones de vid y variedades como Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. Dos mundos atravesados por un lugar y diversas perspectivas. Me entusiasma pensar en el futuro y el potencial que encierra esta mañana que apenas comienza.
Cuuna, ubicada en La Puntilla, es una finca que conozco desde hace tiempo a través de sus vinos. Daniel Pi, entre otros, elige las uvas de esta finca para su vino personal Irracional. Como Daní estaba de viaje, le pidió a Matías Macias (Finca Ambrosia), con quien comparte bodega en Luján de Cuyo, que nos recibiera. Otro productor que utiliza uva de este sitio es Gonzalo Mazzotta para su proyecto personal Inferno.
Una vez en la finca, aunque teníamos poco tiempo para recorrer, tuvimos la oportunidad de probar una decena de muestras pertenecientes a las añadas 2021, 2022 y 2023 de ambos productores. Tanto Dani como Gonza buscan estructura, cuerpo y crianzas más largas para sus vinos. Realizamos el ejercicio de probar las añadas de ambos al mismo tiempo y, a pesar de las muchas similitudes, como el origen de la fruta, se destacan notorias diferencias en los vinos, eso entusiasma.
De las añadas probadas, quiero resaltar la 2022 en ambos casos. Pi tiene un Cabernet Franc 2021 criado en foudre que creo que ya está para salir, a los cueveros les encantó. Por otro lado, de Gonza, algo que me entusiasmó mucho fue un Cabernet Sauvignon 2023 que seguramente tardará un par de años en estar listo para disfrutar.
Desde Cuuna, cruzamos el río Los Patos y nos dirigimos a otra finca llamada Finca Bassin, donde nos esperaba su dueña, Silvina Montalvo. Conocí Bassin porque "El Vasco" de Los Dragones, entre otros, utiliza uvas de allí. En esta ocasión, llegamos para probar el Sorocayo Malbec, el vino de Silvina. Es la tercera añada de este tinto que siempre me ha gustado, pero encontré su mejor versión en 2022, con sabores únicos que no había percibido en añadas anteriores cuando contaba con una leve crianza en barrica. La agronomía de la finca está a cargo de Pancho Bugallo (Cara Sur). Nos encontramos con terrazas un poco más altas que en Cuuna, a 1560/1600 metros sobre el nivel del mar. Los suelos aquí son particularmente profundos (limo arcilloso) y con una alta presencia de carbonato de calcio precipitado, lo cual es diferente a otras partes del valle. Estos suelos son el resultado de la combinación de sedimentos fluviales y aluviales. Recientemente, también plantaron algo de Pinot Noir y Cabernet Franc para ver cómo se adaptan, y próximamente harán lo mismo con Chardonnay.
Esa tarde, junto a Sil, se encontrarían Mariana Roldán (La Fortuna) y Jessica Slelatt (Florece), tres mujeres pequeñas productoras. Jessi no pudo viajar al encuentro, pero Mariana sí, ya que vive en Barreal. La conocía de un pequeño y antiguo proyecto cuando visité la región en 2016, pero esta vez nos mostró uno nuevo conformado por dos marcas: El Cruce y Zinnias. En esta última, hay otro torrontés sanjuanino interesante. Aunque no será el último del tour, lo destaco porque contribuye a la conclusión final.
Nuestro tercer día estaba llegando a su fin, y teníamos planeado evitar que nos sorprendiera la caída del sol en la finca, ya que es una zona donde las temperaturas suelen descender rápidamente. Sin embargo, debo reconocer que el clima que nos acompañó durante todo el viaje fue casi ideal, con días soleados y temperaturas agradables.
Ingresamos a la Posada A Crux en Barreal, y casi sin detenernos en las habitaciones, nos dirigimos al restaurante del lugar. A pesar de que aún no había sido inaugurado, su dueño, Oscar, amablemente nos lo cedió para las dos noches de cata.
El encuentro fue junto a Simón Tornello de 35.5, Luz Ossa y Pedro Pelegrina, dueña y enólogo de Entre Tapias (ET), respectivamente. Comenzaré por esta última, una bodega pionera en Barreal. Sabían? Al menos yo empecé a hablar de esta región recién en 2013 con los muchachos de Cara Sur, sin embargo, ET, fundada por el padre de Luz, realizó su primera vendimia en 2010. Probamos casi todos sus vinos y completamos la experiencia a la mañana siguiente, probando las muestras de tanques de la cosecha 2023. Se nota la solidez de una bodega con bastante trayectoria. Quiero destacar los vinos de 2023, me gusta ese perfil de vinos jóvenes y vivaces. Además, encontramos diversas versiones de Pinot Gris (PG). El rosado de 2023 cautivó a los cueveros! Me acordé de otro que siempre había tenido un buen PG: "El Juancito" Camuñas. Esta variedad rosada, que dependiendo de cómo se trabaje, puede dar una versión blanca, me parece un buen representante de "vino joven y directo" cuando pienso en la provincia.
Si ET ya era una bodega pequeña con 22.000 botellas al año, ¿Qué decir de Simón, que apenas produce 6.000 ? Un número reducido no solo de botellas, sino también de etiquetas(4). Entre las que me llamó la atención, un antiguo Torrontés sanjuanino que volvió a cautivarme, en este caso también proveniente de Hilario, que se maceró 4 días con pieles y crió 4 meses en barrica usada. Empiezo a reflexionar sobre la versatilidad de esta antigua variedad no solo para lograr diferentes tipos de vinos varietales, sino también cómo se puede adaptar en cortes. Por ejemplo, Simón también elaboró un corte de Bonarda con Torrontés, que también me pareció interesante, aunque percibí un toque herbal ligeramente excesivo.

Día IV

El domingo sería nuestro cuarto y último día en San Juan. En principio, dedicaríamos el día a dos productores amigos: "el vasco" Andrés Biscaisaque de Los Dragones y "el Pancho Bugallo" de Cara Sur. Tengo un aprecio especial por estos muchachos, ya que los he estado siguiendo desde 2013/14, cuando comenzaron con sus primeras elaboraciones. He sido testigo de cómo se han establecido objetivos y los vienen alcanzando.
El día comenzó en Los Dragones, una bodega nueva dirigida por "el vasco" pero en la que sus hermanos también participan. La bodega está rodeada de fincas, con tres hectáreas plantadas entre corredores biológicos. El objetivo de estos corredores es romper con el monocultivo típico y lograr un sistema más saludable y equilibrado en toda la finca, con suelos más vivos y una riqueza natural, nos explica el vasco.
Después de dar un tranquilo paseo por la finca con los imponentes cerros como testigos, ingresamos a la bodega, que ofrece una vista única. Luego pasamos a una galería donde probamos casi todo el portafolio de Los Dragones, que incluyó tanto novedades como verdaderas perlitas. Entre los vinos, encontramos algunos conocidos como Alfil Tinto/Alfil Clarete, que combinan bonarda con torrontés mendocino antiguo, logrando una integración muy armoniosa entre las variedades y en diversas e inversas proporciones. También pudimos probar vinos que combinaban diferentes parajes de Calingasta. Uno de los vinos que más me gustó fue el "Mayda 2021", que combina Malbec de Finca Bassin y de Ossa, una finca más al sur. En general, encuentro a los vinos cada vez con mayor claridad y precisión. Una verdadera joya fue la garnacha 2022, plantada cerca de la bodega. Parece ser la primera de San Juan y es excelente!, ¡Un debut impresionante con esta variedad! Otra perla fue el syrah que armaron junto con Guille Corona (Geografía del Vino) con uvas provenientes de Puchuzún, otro paraje al norte del valle, era redondo y delicioso. Mientras Guille Corona brindaba explicaciones sobre clima, región y suelos, uno se da cuenta de cuánto tenemos aún por aprender.
Corona, Mazzotta, el Vasco, el Fede Isgro, Mati Macias, Facu Impagliazzo (ex Ing. de Cobos) y algunos técnicos más forman un grupo hermoso de asado, truco y vino, con quienes coincidimos en parte de nuestro paseo, y que si viviéramos mas cerca me gustaría que me adopten.
Antes de encontrarnos con Panchito, hicimos una parada en "La Causa Food Trucks y Sidra" .Allí, Juan Asin y su compañera Manina nos esperaban con una increíble Carbonada que acompañamos con vinos de Los Dragones. Luego coronamos la comida con una sidra de elaboración propia llamada La Causa, producida por Juancito junto a Pancho Bugallo. A medida que nos acercábamos al final de nuestro tiempo en San Juan, sentíamos que el viaje estaba llegando a su fin, pero una sorpresa soñada hizo que la experiencia se elevara aún más.
Panchito nos guió con su camioneta hacia esos "antiguos tesoros" que se encuentran en Paraje Hilario, casi a mitad de camino entre Barreal y Calingasta. Allí se encuentran las fincas La Totora y Maggio, con más de 90 años de historia. La primera fue la que nos cautivó con su criolla chica, mientras que en la segunda es donde nació el histórico Cara Sur Tinto y esa selección de Parcela llamada Los Nidos.
Mientras recorríamos las fincas, degustábamos "Pérgolas tinto y blanco" bien refrescados en las copas de cristal que cada uno de los cueveros había llevado desde Buenos Aires. Estas copas resultaron ser herramientas fundamentales para disfrutar de cada una de las muestras degustadas.
De la antigua finca, nos dirigimos directamente a la nueva bodega. La idea era probar muestras de tanques de la cosecha 2023. Recuerdo cuando visité a Pancho en 2018 y aún elaboraba sus vinos en el garaje de la casa de sus padres. Ahora, la bodega Cara Sur ha crecido y se construyó en el terreno contiguo a dicha casa. En el ingreso, se está armando un Wine Shop y un pequeño restaurante.
Entre las muestras que probamos, hay mucho para destacar. Por un lado, me encantó el Cara Sur Tinto 2023, y también me pareció interesante un ejercicio que nos hizo hacer Pancho, comparando la textura y los taninos de la criolla chica respecto a otras variedades criollas.Y como ocurrió en la mayor parte del viaje, un torrontés sanjuanino volvió a destacarse. En este caso, se trata del Cara Sur Blanco 2023, elaborado sin pieles y resultó delicioso.
Con narices sutiles, algo austeras sobre todo si se lo compara con los riojanos, bocas con cierto carácter, de taninos delicadamente firmes y frescura, y que seguramente, el hecho de provenir de antiguos viñedos también debe sumar mucho, sobre todo en la complejidad y en la buena evolución en botella. Esa es mi impresión del torrontés sanjuanino antiguo hoy, y por ello, lo venimos elogiando tanto!
Nuestro plan original era terminar la jornada en la bodega Cara Sur, pero para nuestra sorpresa, cuando invitamos a cenar a Panchito, además de aceptar, llegó con la heladera completa de botellas. Eran varias más que el portfolio completo.
No voy a hablar tanto de los vinos, prefiero destacar la visión que tuvieron Pancho y sus tres compañeros de equipo para detectar hace más de 12 años el potencial de esa región y el valor de esas antiguas fincas. Cada año que pasa, me lo confirman más. Las sorpresas van desde un rosado 2018 hasta la primera magnum de Los Nidos, o el nuevo Parcela El Duraznero 2021 próximo a salir. Cuando probamos los tres parcelas (Los Nidos, El Duraznero y La Totora), ingresamos a otro plano. En ese momento, Pancho resalta la importancia de la selección minuciosa de granos. Claramente todo tiene que ver con todo. Pruebo Los Nidos 2023, la emoción me inunda.
Durante la cena, antes de degustar los vinos de Cara Sur, nos encontramos nuevamente con Leito Ruiz, un pequeño productor que también da clases de viticultura en un instituto técnico agropecuario de Barreal. Él nos presentó su proyecto "La Baguala", que viene elaborando desde 2011, considerándose una producción artesanal, ya que apenas produce 14.000 botellas al año. Nuevamente, el torrontés sanjuanino se destacó en sus etiquetas, combinado con malvasía en un naranjo, y elaborado como pet nat junto a la malvasía y un sauvignon blanc de finca propia.
Pero Leito no estaba solo, y quiso compartir "el escenario" junto a Juan Pablo Beltramino, otro productor de Barreal, pero de quesos de cabra; su marca se llama "Quesos Yllia", disfrutamos de un Untable, un tipo Crottin, Feta y un "Dario", este último es especial porque fue elaborado en honor al Cerro Mercedario, es un semi duro con una maduración de 90 días, y ahumado de manera artesanal. Que lindo que combinan estos quesos con el torro sanjuanino y el pet nat de Leito!
Admiro y apoyo a pequeños productores como Leito y Simón, que están comenzando sus caminos y en esa búsqueda constante de crear vinos especiales. Creo que solo es cuestión de tiempo hasta que logren ajustar algunos detalles y encuentren su estilo distintivo.
A la mañana siguiente, nos despediríamos de San Juan, pero el viaje continuaría con momentos destacados. Desde que pensé en terminar en Barreal, siempre tuve en mente regresar por Estancia Uspallata en Mendoza para visitar sus viñas, y gracias a la amabilidad de "el colo" Sejanovich y Jeff Mausbach, quienes nos esperaron temprano para recorrer ese lugar especial del cual salen vinos tan únicos."
Regreso a San Juan para concluir esta nota, hablando sobre las sensaciones que surgieron de la extraordinaria experiencia que denominamos #LaCuevaVisitaSanJuan
2023, utilizando ese hashtag para comunicarlo en las redes sociales.
Antes de llegar a algunas conclusiones y compartir opiniones personales, me gustaría reflexionar un poco sin dejar de ser autocrítico. Después de analizar todo el recorrido y el tiempo que dedicamos a cada zona, creo que quizás deberíamos haber explorado un poco más a fondo Tulum. Considerando que es, sin duda, la zona más productora, en nuestra próxima visita seguramente nos adentraremos más en ella, ya que en esta ocasión el tiempo nos limitó.
En primer lugar, fue gratificante encontrar una gran camaradería entre los productores del mismo valle o zona durante nuestro recorrido en San Juan. Sin duda, esta camaradería puede ser un factor clave para continuar creciendo en calidad.En línea con eso, me parecería una buena idea crear un grupo itinerante de técnicos locales dispuestos a probar los vinos de todos los productores de San Juan. Este tipo de intercambio de opiniones y retroalimentación puede impulsar el desarrollo. El hecho de que todos prueben los vinos de todos, compartiendo conocimientos y experiencias, colaboraría en seguir descubriendo nuevas técnicas y enfoques. Un ejemplo positivo de cómo el intercambio entre técnicos ha impulsado el avance en los vinos es el caso de los técnicos de los Valles Calchaquíes. Esa colaboración pudo generar un gran avance en esa región, y es probable que algo similar también pueda ser beneficioso para San Juan si lo aplican.
A medida que los productores profundicen en la comprensión de las particularidades de sus terroirs, podrán reflejar mejor esas características en sus vinos. Además, reconocer y distinguir las diferentes características de los vinos dentro de la misma provincia es un paso importante hacia la diversidad y la identidad propia de cada lugar. Como sabemos, en el mundo del vino, todos los procesos llevan tiempo, pero iniciativas como el intercambio de opiniones entre los productores podrían acelerar ese proceso.
Afortunadamente, se está percibiendo un crecimiento en el turismo en todos los valles de San Juan. Pero para que este crecimiento sea realmente efectivo y beneficioso, es fundamental contar con buenas rutas y caminos que faciliten el acceso a estas regiones.
Durante una conversación sobre este tema con Guille Corona, se mencionó la importancia de habilitar y mejorar la RN153, una ruta que une Pedernal con Calingasta. Esta ruta, aunque no muy extensa, podría ser clave para conectar cómodamente todos los valles productivos en un recorrido de 360 grados.
El recorrido propuesto sería desde San Juan a Calingasta por la RN149, de Calingasta a Barreal por una ruta ya conocida debido a nuestro viaje a la cueva, de Barreal a Pedernal por la RN153, y finalmente, de Pedernal a San Juan utilizando la ruta que recorrimos durante nuestra visita.
Esta conexión vial permitiría a los visitantes recorrer de manera más fácil y accesible todos los valles productivos de San Juan, disfrutando de sus paisajes, bodegas y vinos en un recorrido completo. Además, facilitaría la promoción del turismo en la región, acercando a viajeros interesados en descubrir la diversidad vitivinícola de la provincia.
Para seguir comunicando los vinos de San Juan, pensando en el consumidor final, es de gran importancia organizar eventos tipo ferias con productores en diversas ciudades claves de nuestro país. Estas ferias brindarían la oportunidad de dar a conocer la diversidad y calidad de los vinos de la región.
Además, me parecería interesante la realización de catas periódicas cada 2 años, dirigidas a periodistas especializados, comerciantes y comunicadores. Estas catas tendrían como objetivo presentar un resumen en vinos de la actualidad de la provincia, destacando sus distintas regiones, estilos y viticulturas. Para ello, con una selección de 25 a 30 muestras bien representativas seria suficiente estimo, las mismas lógicamente deberían ser presentadas por sus hacedores.
Es importante destacar que la comunicación individual de cada productor es igual de importante. Las redes sociales desempeñan un papel fundamental; tanto Facebook, Instagram como Twitter son herramientas indispensables para llegar a diferentes consumidores. Es fundamental apuntar constantemente a todas estas plataformas, y aunque los resultados a veces no sean inmediatos, la constancia en la comunicación es fundamental. Además, es esencial que la comunicación en estas redes refleje la participación directa de los propios protagonistas, ya que los consumidores valoran el contacto cercano con los productores.
En lo personal, quiero compartir que este viaje fue especialmente significativo porque lo realicé junto a un increíble grupo de cueveros que se manejaron de manera impecable.
Además, tuve el placer de disfrutar de la degustación de 160 vinos junto a Nancy, mi compañera, quien hace 25 años no solía beber vino, y hoy poder compartir esta pasión con ella fue una experiencia única para mí.
También quiero agradecer enormemente el apoyo de Nico Orsini y Ángel Ramos, quienes me han acompañado en esta nueva aventura y han brindado su colaboración incondicional en su desarrollo de la misma. Tampoco puedo dejar de mencionar a Felipe Azcona, Marcelo Onofri, el Vasco Andrés , Daniel Pi y Guille Corona, quienes me brindaron valiosa información previa para una buena organización.
Estoy infinitamente agradecido a todos!


sábado, 25 de junio de 2022

"Mendoza, con una visita al año no alcanza"

No quise hacer la cuenta exacta, pero hacía bastante más de dos años que no visitaba Mendoza (MDZ); resulta muy poco común para alguien que acostumbraba ir y con bastante frecuencia, pero ¡bueh! viajar fue una de las tantas cosas que nos arrebató la pandemia.

A pesar de ello, nunca dejé de estar conectado, al tanto de nuevos vinos, productores o nuevas regiones, aunque como siempre digo, no hay nada que se compare a conocer lugares, o las historias "in situ"; ello colabora siempre a comprender todo mucho mejor; algo así como se nos completa la película que comienza al momento de cada descorche, mientras nuestro conocimiento alrededor del vino también se nos va nutriendo.

Pero estoy aquí para contarles sobre el viaje que pude realizar recientemente junto a Nancy mi compañera. 

Compartiré mi experiencia de manera resumida, resaltando aquellos puntos que consideré más les pueda interesar. Porque en cada visita siempre es mucho lo que nos queda, y no exagero si digo que se podría armar una nota sobre cada experiencia, lo cual entre mi falta de tiempo y frágil memoria, me impiden concretar.

Este año hice algo diferente a cuando realizamos el Mr. Wines Tour, donde siempre solíamos parar en la ciudad de Mendoza y desde ahí ir a las diferentes zonas; como en este 2022 el que iba a conducir el vehículo que nos trasladara era yo, y no Willy el histórico chofer de la combi de nuestros viajes cueveros, decidí alojarme tres días en Valle de Uco (VDU), y tres en la Ciudad de Mendoza (MDZ). 

Hospedarse en el Valle de Uco suele ser algo más costoso, pero me pareció necesario hacerlo. Allí repartí mis estadías entre dos lugares, un hotel que se llama Fuente Mayor, que está estratégicamente ubicado sobre la ruta 92 en Vista Flores (Tunuyán); el cual considero con buena ubicación porque de alguna manera si uno deseara ir al sur o al norte del VDU las distancias serían un tanto similares.

Y también, gracias a la amabilidad de la gente de Bodega Atamisque, tuve la suerte de hospedarme la primera noche en uno de sus lodges.

Los mismos están ubicados en Tupuganto, más precisamente en San José, sobre la ruta 86, a pocos kilómetros de la bodega, dentro de la misma finca frente a la montaña.

Lógicamente por el confort y ubicación que ofrecen se encuentran en otro nivel de precios, pero amanecer en la inmensidad de semejante paisaje, con vista a la cordillera, y rodeado de viñedos y frutales varios les aseguro es único.



Justamente en Atamisque comencé mi recorrido, era la primera vez que visitaba la bodega, y que charlaba con su enólogo Phillippe Caraguel; un papelón por parte mía, gustándome los vinos, haber tardado tanto tiempo para visitarlos.
Phillippe me llevo a recorrer viñedos, bodega, me presentó su equipo técnico, probamos vinos del año y unos tope de gama recién salidos a la cancha que en breve les ampliaré.

Algo que me llamó la atención fue las extensiones de la propiedad donde se encuentra Atamisque, son alrededor de 750 hectáreas, de las mismas están plantadas aproximadamente 250. Además de otras fincas entre las que también hay manzanos, nogales, el restaurante que se encuentra sobre la ruta, y los lodges que les mencioné, hay dos lagunas entre espacios salvajes y una cancha de golf de 9 hoyos, y lugares de sobra para capturar todas las postales que se puedan imaginar.

Volviendo a la cata, me propuso un lindo resumen de su portfolio, confirmando la solidez que nos tiene acostumbrado la bodega año tras año; a través de su linea Serbal como entrada de gama realmente imbatible, pasando por algunos representantes de la linea Catalpa y Atamisque, y culminando con los exclusivos y recién salidos Clos Abanicos, que por el momento son cuatros vinos; los mismos nacieron a partir de una selección de suelos, luego de estudios realizados junto al geólogo Guillermo Corona.


Probé el cabernet franc y el assemblage, claramente apuntados para jugar en otras ligas, buscando representar el mejor material seleccionado de los abanicos aluvionales descubiertos, combinados con una crianza de entre 12 y 18 meses en barrica francesa de primer uso.
Para completar semejante visita, tuve oportunidad de charlar largo rato y compartir opinión junto a Jean Ettiene, él francés dueño, y quien esta al frente de la bodega, porque fueron sus suegros John Du Monceau y su esposa Chanta los fundadores, quienes hoy al ser personas mayores no visitan tanto la bodega. Para cerrar también poseen un restaurante al que no tuve oportunidad de ir aún, pero tengo entendido que es recomendable, y hay atención al turismo en la bodega si la desean visitar.

Hace largo rato que escuchamos hablar de La Carrera, y a pesar que hay por el momento muy pocos vinos que salen del lugar, las características del mismo, su clima frio, suelos con mayor materia orgánica del promedio que hay en MDZ, en el marco de un paisaje único, imprimen en esos pocos vinos un carácter especial, además de que quienes la visitan suelen destacar lo lindo que es.
Y fue el amigo Federico Isgró de Bira Wines, que me levantó por Atamisque y desde allí nomas, tomamos la ruta 89 para subir por un camino consolidado de unos 30 km hasta llegar a la belleza de este lugar a casi 2000 msnm, vale aclarar que la parte productiva hoy se encuentra entre los 1400/1700 msnm aproximadamente.

Obviamente Fede en la camioneta llevaba algunos vinos de Bira para acompañar el almuerzo que luego les contaré; y me mostró un proyecto en un inicio inmobiliario, aunque también productivo, que está iniciando junto a amigos y a su socio en Bira.


El mismo comprende un lote de 3 hectáreas que se dividirá en 20 fincas y una bodeguita que prestará servicios a los propietarios que adquieran cada uno de ellas. Justamente pegado a esa propiedad, se encuentra Estancia Atamisque ya funcionando con un club de vinos, socios, fincas, una estancia con servicio de alojamiento, y algunas propiedades privadas completando el paisaje.
Hay personalidades muy reconocidas del mundo del vino que ya eligieron este lugar, para su casa de fin de semana y de paso ir viviendo el potencial de esta nueva región, que por sus características es ideal para variedades de ciclo corto más que por el frio por las heladas tempranas, que bastante poco tiene para mostrarnos por el momento, pero que aparentemente es mucho lo que promete.
La picadita que compartimos con Fede, la acompañamos con Brunetto, Bin Otto y Tano, los vinos de más alta gama de Bira; saben que me gusta y empujo Bira desde antes que salieran al mercado, ¿qué tengo para agregar?
Destacar la claridad que tuvieron junto a su socio Santiago Bernasconi para armar este proyecto; el estilo que buscaron para sus vinos, las variedades que eligieron, y sobre todo cómo se supieron diferenciar dentro de un mar de vinos y se hicieron rápidamente un lugar que no discrimina consumidores, porque lo disfrutan tanto los de paladar más especializado como los más nuevitos. Para ir cerrando, la novedad más reciente es la renovación en las etiquetas, no estaban nada mal las anteriores, pero éstas es como que se destacan en elegancia y a su vez se diferencian mejor entre ellas.



Antes de continuar con el recorrido de bodegas, aprovechando que estoy en La Carrera, quiero sugerirles algo que alguna vez cuando vayan a MDZ deben hacer, y que es ir desde el Valle de Uco a Luján de Cuyo por la ruta 89. Esa ruta que les comenté al principio que tomamos con Fede continuarla hasta Potrerillos, bastantes kilómetros de camino consolidado, quizás 50, pero les aseguro que es para disfrutar a pleno por su multiplicidad de paisajes, entre cumbre nevadas, cultivos varios y pampa con ganado; todo ese contraste de paisajes, en el marco imponente del Volcán Tupungato y Cerro El Plata, para hacer un verdadero safari fotográfico y hasta para recorrerlo con tiempo como para detenerse a tomar unos mates promediando el camino.



Precisamente por ese camino volvimos a MDZ para la segunda parte de nuestra viaje, porque de Potrerillos bajamos por el Camino del Perilago, Villa de Cacheuta, Las Compuertas; todos sitios con muchos miradores. Seguimos por Chacras de Coria con rumbo a Mendoza Ciudad. El tiempo total que tardamos desde VDU hasta MDZ fue de aproximadamente 3 horas y media.

Ese primer día ya estaba casi terminando, aproveche para cruzarme en un punto intermedio con Cristian Moor de Bodega Corazón del Sol (CDS), el motivo además de saludarnos era probar juntos una botella del Corazón Cuevero 2020, vino que se seleccionó como vino de la cueva, y que llegará a nuestra casa más a fin de año.



Algunos ya saben, se trata de un malbec que mezcla buena parte de fruta de Paraje Altamira con algo de Los Chacayes, fermentado y criado en barrica; muy al estilo que nos tiene acostumbrado CDS, fruta con buena madurez, frescura, crianza que redondea y aporta mucha amabilidad y persistencia en el paso por boca; el vino ya se encuentra fraccionado desde hace varios meses, la botella seguirá aportando lo suyo, ansioso para que "los cueve" lo puedan empezar a disfrutar.

Paso a comentarles el segundo día en el Valle de Uco, que arrancó en Los Chacayes, m5as precisamente dentro de The Vines, donde fuimos a conocer Solocontigo Wines la bodega donde la enología la lleva adelante Pablo Marino.
Pablo es un técnico que sigo mucho sobre todo porque disfruto de su continua búsqueda. Comenzando por la bodega que es hermosa, ya que es literal la casa de los dueños que son de Canadá y se alojan allí muy poquitos días al año. Fanáticos del arte, las pinturas y obviamente con muy buen gusto para la diseño.
Además de probar varios vinos de pileta, catamos vinos de linea en el living, mismo lugar donde se reciben a las visitas, por lo tanto atención, esta bodega recibe turismo y no hay que dejar de visitarla.


Vuelvo a los vinos, entre las muestras de tanque destaco un nuevo Develado que va a a salir corte de syrah/monastrell 22, y un CS/CF también 22 que continua corriendo lenta y favorablemente los limites.
Entre los vinos regulares probé el Neelands Corte Chacayes, y algunas nuevas añadas de Casa de las Musas, pero creo que más importante que los vinos que les puedo mencionar, es la evolución constante en la bodega que vengo encontrando en los últimos años.
Vinos en diversos segmentos de precios, y que sin importar en qué rango se ubiquen, siempre tratan de tener personalidad, identidad del lugar y capacidad para caer con mucha amabilidad al paladar.

Cambiamos de bodega y de zona, pero no de enólogo, porque seguí a Pablito tras su camioneta, y desde Los Chacayes, me llevó a El Peral en Tupungato, porque allí está armando su bodega familiar junto a su compañera Amparo March.
Otra zona mucho menos renombrada, con bastantes viñas viejas que a esta pareja de jóvenes suelen cautivar, y una bodeguita que si bien quedan detalles para terminar pinta muy linda, sobre todo porque posee esa esencia especial y que es la que tiene que ver con las personas que la hacen.



Luego de probar muchas muestras de tanque, entre los cuales destaco un pinot noir de San José, nos sentamos a probar vinos terminados de Soberanía, porque así se llama la bodega.
Descubrí un bonarda con la etiqueta Oid Mortal linea de Parcelas Selectas que me encantó, de esos vinos bien directos, de perfil fresco, con dejo a hierbas y que tienden a afinarse en boca, Amparo me comentó que se encontraba a punto de agotarse, suerte que estaba con vehículo y me pude traer unas cajitas para la cueva.
Ella también es la encargada de recibir visitas, hay que contactarla, coordinar y se puede armar degus con diferentes propuestas de quesos y fiambres.
Estaba asomando el medio día y teníamos reserva para almorzar en La Cantina, el restó que está pegado a la bodeguita de Michelini i Mufatto (MiM), también en El Peral. El mismo lo lleva adelante Lorena Mufatto la hermana de Andrea y la chef es una joven tupungatina que se llama Mariella Cavallaro; hice una reserva porque tenía muy buenas referencias, y por suerte cumplió con las expectativas; menú por pasos, acompañado por buena parte de los vinos de la bodega, comimos al sol en un jardín, y fuimos atendidos con mucha amabilidad por un equipo de jóvenes camareros.
No sé como será almorzar en el interior del lugar, pero para nosotros en el jardín la experiencia fue de diez. Los vinos de MiM tienen que ver mucho con mi gusto, y todo estuvo a la altura.
Terminaba el segundo día en Uco, muy cerquita me quedaba la bodega de Los Desquiciados en Tupungato; sabemos que "el Gonza" Tagmanini y "el Tincho" Cesto tuvieron que agrandarse y acomodaron ahí sobre la RP86, a esa altura también conocida como Boulevard Correa, una antigua bodega que algunos seguramente la conocieron porque antes allí estaba Passionatte Wines de Matias Michelini.
Si bien los chicos no pudieron estar para recibirme, su encargado Hugo Velarde lo hizo; recorrimos piletas, barricas, muchos vinos de este año y de diversos zonas. Gran trabajo también están haciendo los "Desqui", que vienen creciendo en todo sentido, calidad y volumen. A Hugo creo que muchos cueveros los conocen por su vino Isman, del que probé por separado los componentes del mismo, y además un nuevo malbec con algo de crianza en barrica, que Hugo ya casi tiene para salir a la cancha.

De los vinos de los Desqui me sorprendió un malbec y un bonarda, ambos orgánicos, bien jugosos, frescos, riquísimos que desconozco por el momento su destino.

Nos agarró la tarde en Tupungato, y aún teníamos que llegar hasta el hotel que nos hospedaríamos en Vista Flores, hicimos casi todo el camino de noche, la verdad que de haber sabido lo mal señalizada que estaba la ruta, y sin iluminación, la hubiera evitado.
Les aseguro que si no fuera por el Waze nunca hubiera podido llegar, al menos para mi que no soy de la zona hubiera resultado muy complicado. Y atención que con el Waze muchas veces tampoco alcanza, porque hay zonas con cero señal, con lo cual sugiero apoyarse con el Google Maps, cargando mapas con destinos en el momento que uno posee internet, y guardarlo para el momento que se quede sin.

Justito antes de llegar al hotel, me detuve en Pájaros Pintados, una vinoteca con bar de vinos ubicada en Las Pérgolas de Vista Flores, que es un centro gastronómico fácilmente de identificar por las botellas gigantes que se encuentran sobre la ruta. El dueño de la vinoteca se llama Juan Asqueta, un joven uruguayo, que además de haber estudiado sommelerie en Buenos Aires, es cuevero.
No podía dejar de visitar su cómodo espacio, enfocado especialmente en bodegas y vinos poco masivos, y que en breve se ampliará con una propuesta de tapas y coctelería clásica, todo llevado adelante con esa pasión que lo identifica como buen cuevero.

Las Pérgolas se encuentran sobre la intersección de R92 y R94, es un área donde hay diversos comercios, uno de ellos es un restó donde nos acercamos una noche a cenar y nos pareció para recomendar la cocina y la atención, se llama Esencia Pasión, pertenece a la chef Graciela Hisa, aparentemente muy reconocida en MDZ por su catering y por dar servicio de gastronomía en reconocidas bodegas; el lugar no se destaca precisamente por la selección de vinos, pero la cocina nos pareció muy buena, a precios lógicos y me parece bien recomendar.

Llegó el domingo, el día que me despediría del VDU, que arranqué ese viaje tempranito, como les conté anteriormente, para ir hasta el Hotel NH, donde me hospedaría en MDZ ciudad, pero antes el marco imponente del camino de La Carrera.

En realidad antes de llegar al hotel, nos detuvimos en Chacras de Coria porque Mariana Onofri y su compañero Adán nos habían invitado a almorzar a su casa. Mientras Adán iba sacando cortes ricos de la parrilla, Marian nos llevaba a pasear por las añadas más recientes de su portfolio; en algunos casos degustando dos añadas de la misma etiqueta; las novedades, el naranjo mezcla de roussanne y pedro ximénez, se llama Alma Gemela Amber Wine y justamente hace poquitos días se presentó en Buenos Aires; y el monastrell nuevo de Lavalle para la línea Alma Gemela, que reemplazará al anterior corte monastrell/bonarda; creo que el cambio es positivo, hoy los tintos de esa línea se repartirían entre Garnacha (Maceración Carbónica), el nuevo Monastrell, el Carignan y el Teroldego, se los ordené de menor a mayor intensidad, todos bien interesantes.


Pensábamos que nuestro domingo terminaría ahí, pero cuando uno se relaciona con gente tan manija del vino, nunca sabe que puede pintar; después de varios ida y vuelta de WhatsApp con el Luquitas Richardi de Casa Tano, que conste que no lo quise jorobar un domingo a la noche pero la pasión de este pibe por mostrar qué tiene criándose dentro de su bodega fue más fuerte.


No conocía Casa Tano, pero de entrada me sentí muy cercano a esta bodeguita urbana ubicada en Godoy Cruz; esa antigua casa de seguramente más de 80 años, su historia de inmigrantes, y la garra con la que la llevan adelante el Luquitas y los pibes de su equipo. Probamos bastante muestras, me gusto todo, destaco un sangiovese bastante particular, un chardo de Altamira con velo, la nueva añada del Inéditos Syrah, ese maceración carbónica que el año pasado nos gustó tanto y se agotó tan rápido. Me despido de Luquitas, y nos vamos a refrescar un poco con birra a Chachingo en la calle Aristides.


Arrancamos el lunes tempranito en Bodega Krontiras, allí nos esperaba su enóloga Maricruz Antolín; nunca había visitado la bodega, pero sí había tenido oportunidad de hablar muchas veces con ella, porque sus vinos cada día me copan más.



La visita también consistió en probar muchas muestras de vinos que se están criando; coincidió que el recorrido lo hicimos junto a Panos Zoumboulis, consultor griego de la bodega desde sus comienzos, un señor muy agradable, que aunque el idioma no nos ayudaba pudimos intercambiar apreciaciones. Probamos bastante, se confirma claramente esa búsqueda de vinos que expresen el terroir y la tipicidad varietal, con la mayor transparencia posible, vinos que no necesitan exuberancia para sorprender, sino todo lo contrario.
Destaco los vinos de la linea Natural, sus nuevas añadas del malbec y el agliánico ya conocidos, al cual aparentemente se le sumará un tempranillo que también pinta muy bien, y entre medio de ellos nos dimos el gustito de probar algunas variedades griegas como moscofilero y assyrtico; nos despedimos de la bodega con un pet nat bien turbio (85% agliánico/15% malbec); Maricruz otra joven que no para de buscar, innovar y que sugiero seguir bien de cerca.
Si bien siempre da para quedarse en todos lados un rato más, tengan en cuenta que es importante llegar al horario pactado cuando hay reservas; recuerden siempre que suele haber mucha demanda de turismo en todos los lugares y no está bueno llegar tarde a ninguna visita, porque puede retrasar al resto.
Por eso llegamos bien puntual para almorzar en Bodega Piatelli, casualmente en la bodega se desempeña Vale Antolin, hermana de Maricruz, pero no la vi. Como justo coincidió con la semana del 25 de Mayo, en el restaurant de la bodega había un menú patrio especial; no detallaré, pero comimos muy bien, tanto en calidad como en cantidad, y a precio muy razonable, con una vista hermosa y muy bien atendidos por la gente de turismo. Antes de retirarme, me crucé con Ale Nesman, jefe de enología de Piatelli MDZ y Piatelli Cafayate, siempre un placer cruzar palabras con Ale.
El día terminaría visitando a un amigo, pero previo a eso nuevamente pintó mensaje de WhatsApp y un visita como quien diría "fuera de programa", y a alguien que tiene bastante historia para contar alrededor del vino, pero que yo conocí en persona recién ahora.
Se llama Juan Carlos Ubriaco, un productor de Chacras de Coria, que lo recuerdo de aquella vieja época del Club del Vino, fines de los 90, con su vino Araoz y Vieytes; y hoy me reencuentro con su Araoz Malbec, con uva de su propia finca, que muestra al desnudo esta zona tan especial de Luján de Cuyo. Pero la gran sorpresa fue al llegar a lo de Juan, porque fue como trasladarnos en el tiempo, la propiedad donde se encuentra su casa, una antigua bodega familiar, la finca del malbec y hasta una cantina con vista a los viñedos donde su hija Antonella recibe grupos y hace eventos. Una verdadera sorpresa el lugar.




Juan es de esas personas que tienen mucho para compartir, el tiempo fue acotado pero lo suficiente para pasarla de diez, donde además de alcanzar para una hermosa charla y conocernos mejor, de su cava despolvó un malbec propio 2003 que se encontraba tremendo, nos despedimos porque nos esperaba otro compromiso que era visitar a un amigo, que muchos de ustedes conocen como Sergio Amichu.


Creo que junto con la de Mariana, ir a cenar con Sergio Casé y su familia era mucho más plan de amigos que de vinos.
Mientras compartíamos una picadita con unos vinos que Sergio trajo de su reciente viaje a Europa, hice mí reclamo a la familia acerca de cuándo saldrá la nueva añada del Uccelino Barbera. La respuesta fue que viene atrasado por la falta de aquella botella borgoña tan simpática, y para calmarme me anticiparon que en este 2022 cosecharon una variedad de uva italiana que se llama Raboso Veronés, y que le encanta como pinta su elaboración. No me quiso anticipar mucho más, pero sospecho que se viene algo lindo. Con mi familia queremos mucho a la familia del Amichu, tendrá que ver que estos años de alguna manera recorrimos y crecimos juntos.
Arrancábamos el último día de visitas, dejábamos el hotel del centro, para pasar nuestra última noche en un lugar muy especial que sobre el final les detallaré.
Volvimos a la zona de Lunlunta, ahí a apenas unos kilómetros pasando Krontiras se encuentra La Heroica, que es la finca mimada de la familia Brennan de Amansado Wines.
Ahí nos recibió Santi Brennan y el enólogo Pepe Miano, La Heroica es un viñedo enteramente pensado en terrazas. A Pepe le gusta decir que es un “Laboratorio Vitivinícola “ ya que la finca le da la posibilidad de explorar distintos suelos, alturas y exposiciones.
Está ubicado en las cerrilladas de Barrancas-Lunlunta-Carrizal y alcanza alturas de 1000 msnm. Estamos hablando de un registro de suelo completamente distinto al área circundante, ya que no se trata de los típicos materiales finos depositados por el río Mendoza, sino de piedras y claustros de la cordillera frontal y central con calcáreo adherido.
Las expresiones de todo esto combinado con los aromas de la flora nativa que rodea el viñedo genera una expresión única en los vinos que salen de este sitio.
Caminar el sitio y tener la posibilidad de probar el primer vino que salió de ahí, me da para pensar que estamos frente a un lugar muy especial. La cata con los muchachos se completó probando añadas actuales y próximas a salir de algunos de sus etiquetas, lo más nuevo siempre mejor, me gusta definirlo con la palabra ajuste, fineza, algo que suelo encontrar año tras año en las bodegas que se ocupan de mejorar.
Llegaba la hora del almuerzo, y si bien la idea del viaje no era visitar bodegas que ya conocía, fuimos a Riccitelli Bistró a almorzar, teníamos mucha referencia de su cocina, basada en vegetales y hierbas de la propia huerta, con el diseño y la conducción de su chef Juan Ventureyra. De más está decir que los vinos de Mati, el espacio, el servicio hicieron una experiencia completa, mi compañera no conocía la bodega así que dimos una vueltita junto a Vero, la hermana de Matías, ella se encarga de atención al turismo.

Con respecto a la bodega la encontré más ordenada que nunca, y eso tiene que ver que debido al crecimiento de producción, producto de la gran demanda, Matías armó una segunda bodega para sus vinos de mayor volumen. Por eso hoy en la bodega se concentran los vinos de más alta gama y los de elaboraciones más acotadas y enfocadas.
Y ahora sí, ya completando el viaje fuimos a Anaia Wines, la joven bodega que construyeron en Agrelo Patricia Serizola y su compañero Osvaldo. Conocía los vinos desde su nacimiento, y en estos pocos años, vengo observando el crecimiento y las intenciones de mejorar ante todo desde la calidad.
Pero antes de continuar con los vinos, quisiera resaltar la construcción, el diseño, la ambientación, tanto de la bodega, como de la casa familiar que se encuentra ahí nomás apenas separada por un lago que además funciona como reserva.
En esta última nos hospedamos para cerrar nuestro viaje, normalmente la utilizan para recibir amigos, pero esta preparada para encuentros corporativos, o para que se hospeden en caso de alguien que desee contratar para un evento, les aseguro que es todo tan lindo que enamora.
En Anaia hay equipo para recibir turismo, en la bodega hay un espacio para cata, y es un living también con una barra y vista alucinante, y donde la degustación se puede acompañar con un tapeo bien gourmet.
Volviendo a los vinos, conducidos por su enólogo Gonzalo Serrano Alou, hicimos un gran recorrido por vinos del año en la bodega, sauvignon blanc, viognier, el cofermentado de malbec/cabernet sauvignon, algunos para destacar; en la sala de barricas probamos bases de alta gama, entre ellos sorprendió un syrah.
Al volver a la sala de cata la sorpresa la dio un pinot noir de una partida muy acotada que no saldrá a la venta estimo, pero empieza a hablar del potencial que pueden alcanzar con la variedad. Haciendo un poco de memoria creo que también por ahí hubo un merlot que me gustó.
Cerramos el viaje con un asadito en la casa, junto a todo el equipo de la bodega, allí estaba también Pao Belleza y luego de probar el Blanco de Agrelo próximo a salir, disfrutamos en primicia del Oblivion, la etiqueta que llegará para ubicarse en el tope de gama. Es producto de "la mejor barrica y la mejor uva, que en ese año fue cabernet sauvignon", me aclara Patricia, muy contenta con el resultado.
En ese brindis final con los amigos de Anaia, cerrando cinco días de visitas, escuchando muchas historias, encontrando vinos que se relacionan con ellas, compartir apreciaciones, aprender; poder compartir todo junto a Nancy, mi compañera, quien en el largo camino de vuelta, porque fueron casi 11 horas hasta Buenos Aires, me reconoció que se necesitan al menos 2 o 3 viajes de éstos al año, teniendo en cuenta cuántos productores hay en nuestra querida Mendoza.
De paso aprovecho para disculparme de aquellos que no pude visitar.

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