Hace muy poco tuve el placer de conocer a Federico Benegas Lynch, quien me invitó a probar algunos vinos, en especial su nuevo Benegas Malbec 2010. La novedad no era solamente la nueva añada, sino también el origen de la uva, ya que el 100% de la misma proviene de Finca La Encerrada, un viñedo ubicado en Gualtallary (Tupungato) que Federico adquirió hace pocos años.
Entre algunas características de esta microregión, podemos decir que es una zona de una altura que va desde los 1.350 msnm a los 1.500 msnm; su suelo es pedregoso y de estructura suelta, posee una pendiente natural ideal para escurrir rápidamente el agua de heladas o lluvias sin afectar los cultivos; además, la altura colabora a que las amplitudes térmicas sean mayores, y que el promedio de temperatura media tienda a ser menor. Todas esas características del terroir ayudan a una maduración más lenta del fruto, que contribuye a lograr vinos con gran carácter, estructura, equilibrio y de destacable carga colorante.
Recordemos que la mayoría de los vinos de Benegas fueron históricamente elaborados con uvas provenientes de su reconocida Finca Libertad, ubicada en Cruz de Piedra, parte alta del Río Mendoza, y plantadas hace más de cien años por Don Tiburcio Benegas.
Los vinos que probamos
Comenzamos con el Clara Benegas 2011, un chardonnay con un toque de sauvignon blanc, este último también proveniente de Gualtallary. Federico me anticipó que el nuevo Clara 2012 provendrá totalmente de Gualtallary, donde además de malbec tiene plantado chardonnay y merlot de cinco años.
Continuamos con uno de mis vinos preferidos de la bodega, el Carmela Benegas 2011 Rosé de Cabernet Franc, un rosado que sale de la media de lo que encontramos en nuestro mercado; fresco, con buena boca y paso seco, que se inclina más hacia los aromas especiados y con una personalidad especial. Según mi parecer, puede ser compañero ideal para algún menú bien sofisticado.
Cuando llegó el momento de probar el nuevo Benegas Malbec 2010, Federico tuvo la buena idea de servirlo al mismo tiempo que la actual 2009, para así charlarlos y compararlos. Sin conocerlos, a ciegas se puede percibir fácilmente cuál es uno y cuál el otro. En el 2009 encontré fruta más dulce, con taninos bien maduros, marcado aporte del roble, buena profundidad y un vino más terminado, más ameno al paladar. En cambio, el 2010 enseguida me recordó a otros vinos de la zona; su nariz es mucho más fresca, posee esas típicas notas a piedras y minerales, y un carácter especial que aporta la región; en boca sus taninos están más marcados, posee una destacada acidez, más tenso, como con más nervio. A medida que transcurra el tiempo de crianza en botella estoy seguro de que irá puliéndose y estará cada vez más cercano al estilo elegante del resto de los vinos de la bodega.
Nos despedimos con el Benegas Finca Libertad Cabernet Sauvignon 2009, que también me dejó un excelente recuerdo; a pesar de ser cabernet, es muy amigable al paladar: fruta negra, largo de boca y sumamente equilibrado.
La charla que mantuvimos no sólo se enfocó en sus vinos. Con Federico se puede hablar de todo. Su apellido carga con mucha historia vitivinícola; historia que él vivió en carne propia desde pequeño y que, por suerte, le da placer compartir.
Creo que pasaron más de dos horas en las cuales conservé todos los tintos descorchados en sus respectivos copones; estuve atento a la evolución de sus aromas y pude confirmar cómo todos crecían con la aireación. Creo que este dato es fundamental. A mi criterio, los vinos de Benegas no son para catas de concurso o para rápidas probadas en feria; son para tomar con detenimiento y prestarles especial atención. Me animo a decir esto por mi experiencia del último año, durante el cual bebí todos los vinos de la bodega en diferentes marcos y oportunidades, y realmente más me sorprendieron en aquellas que los disfruté por botella y dándoles el tiempo necesario.
De las 300.000 botellas de su producción, una buena parte va al mercado externo, pero Federico tiene como objetivo que esta tendencia vaya cambiando, y poco a poco fortalecer más el interno. Otro de los adelantos fue que posiblemente su nuevo enólogo consultor sea Paul Hobbs, a quien conoce desde hace varios años, y no ahorró elogios en reconocerlo, al igual que a Michel Rolland y a Nicolás Catena, por la importancia de sus acciones para que el vino argentino pueda gozar del reconocimiento en el exterior que logró en los últimos años.
Me parece bárbaro que Federico apueste a otra región y que siga sumando nuevos matices a sus etiquetas.
Estimado FERNANDO:
ResponderEliminarMe encantan los vinos de Benegas !! Siempre sobrios, elegantes, muy agradables de beber !!
Coincido en la predilección por el Carmela Rosé, aunque no puedo olvidarme tampoco del Don Tiburcio (del cual he probado al menos 6 añadas) y del Luna Benegas Cabernet (campeón de RPC) !!
Tengo que dedicarle nuevamente algo de tiempo a estos vinos...
Un abrazo desde Córdoba. Nos vemos. ROBERTO
Gracias por tu comentario. El pasado finde probé el Luna Benegas CS y el Malbec de la misma linea. Coincido, el Cabernet me gusto bastante más!! saludos
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