"Reencuentro de ex compañeros"

Luego de algunos años volví a reencontrarme con algunos ex compañeros de la “Escuela Argentina de Vinos”, con quienes compartí parte de la carrera de sommelier.

Cada uno llegó con su botellita debajo del brazo y ahí nomás empezamos a descorchar, mientras recordábamos viejas anécdotas y nos poníamos al tanto de nuestras actividades actuales, en su mayoría relacionadas también con la más noble de las bebidas.

Les paso algunos de los vinos probados. Aclaro que luego del segundo entró en escena el tremendo guiso de lentejas preparado por mi señora Nancy, más conocida como “Pirula”, y sobre el final, el exquisito flan casero con dulce de leche y crema, que trajo Noelia, más conocida como “Pipi”.

Don Salvador Torrontés Reserva 2008, Bodega Familia Muñoz (Cafayate, Salta) $ 55
Nariz compleja y de intensidad media, con ciertas notas melosas sumadas a algunas más sutiles como florales y orégano. Muy buena entrada en boca, untuoso, nuevamente recuerdo a miel acompañada por suave tostado, leve cosquilleo (quizás muy fina aguja), y en el retro aparece claramente todo el recuerdo al varietal con un dejo picantito al final, que me encantó.
Si le tuviera que reclamar algo, sería un poco más de acidez. Me inquieta saber cómo será su evolución en un par de años.
Más tarde iba a ser el vino que más me gustó de la noche.


Leonarda Escondida Syrah Barrica 2005, Finca Rodríguez Ferrero (La Puntilla, Catamarca, 1260msnm)
Es la segunda vez que pruebo este vino, y al igual que la anterior, en todos sus aspectos se mostró muy evolucionado, entero, y con claro protagonismo del roble (según me informaron, primer uso); aromas especiados y al mismo tiempo frescos, evidentemente evolucionó muy bien; pulido de paso suave y sostenido en el paladar.
Me gustó como alternativa ya que es un vino diferente, que no posee la fruta y concentración que en muchos casos nos tiene acostumbrado el mercado en el rango $ 40 / $ 50. Seguramente habrá quienes en este rango pretendan otra cosa, pero para mí fue una experiencia interesante.

Don David Syrah 2005 Bodega El Esteco (Cafayate, Salta)
A pesar de ser de la misma variedad y año que el anterior, se mostró con mayor carga colorante e intensidad aromática, con la típica nota especiada de la variedad, algo de cuero también, pero mucho más dulce. Luego de un rato se “deschavó” más aún el típico aroma a pimiento asado característico de la región.

Konantu Merlot 2006 (Río Negro)
Este patagónico, hasta el momento desconocido para mí, también se mostró algo evolucionado, pero con fruta madura, de paso por boca algo desprolijo y final levemente amargo. Probablemente hace un año haya estado mejor, pero ese estilo con “marcada fruta sobremadura” es, para mi gusto, aburrido. Si su costo real es $ 40, lo veo flojo por lo que ofrece.

Q Zuccardi Tempranillo 2001
Rojo de intensidad media y bordes color teja. Increíblemente es 2001, nunca lo hubiera imaginado por su color y por que aún mantenía fruta (dulce y agradable) que recuerda a la variedad; en pocos minutos mostró mayor nitidez. El roble le aportó notas muy interesantes, además de sobresalir una marcada nota a higo maduro.
Por el rango de precio en que se ubica, quizás le hubiera pedido mayor complejidad y más largo de boca, pero rescato que el vino se mantuvo muy bien y resultó interesante de beber. No puedo opinar mucho sobre su precio, me parece que es $ 180.

Álamos Extra Brut Cosecha 2008
No creo que sea un caso particular de esta botella, pero esperaba bastante más de este corte Chardonnay/Pinot Noir, que en boca se mostró con acentuadas notas a manzana asada y oxidada, limitando casi con lo rancio, algo de levadura y nuez por detrás, y para rematarla, marcada acidez en boca, pero de esa que te hace fruncir la frente.

Lo mejor de la noche:
La amistad, y el reencuentro con Noelia, Lourdes, Elián y Miguel Ángel. Los vinos esta vez fueron sólo una buena excusa para juntarnos.